Renovar la estructura Diocesana
Rebeca Ortega Camacho
El objetivo de la Quinta Asamblea Diocesana fue “impulsar la revisión y renovación de las estructuras diocesanas”. Participaron alrededor de 380 agentes; entre sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, representantes de las distintas comisiones, congregados durante tres días (21-23 de junio) en el Seminario Menor.
“El mismo hecho de que la Iglesia de Guadalajara ha caminado y hay cosas que ya no responden, necesitan renovarse y esa renovación es lo que se pretende. Renovarnos sobre todo en las personas, en las estructuras y la metodología ya se está renovando también”, señaló el señor Cura Gerardo Jiménez Lozano, integrante del área de Planeación y Seguimiento de la Asamblea Diocesana de Pastoral.
Dinámica de trabajo
La Asamblea se desarrolló en tres momentos metodológicos: Ver con los ojos del Padre, Juzgar con los criterios del Hijo y Actuar bajo el impulso del Espíritu Santo.
“La primera parte es ‘Ver con los ojos del Padre”, se trata de compartir lo que en las Vicarías de Pastoral se trabajó en las Asambleas Decanales y Parroquiales y que se entrega a la Vicaría de Pastoral”, dijo el Padre Gerardo Jiménez. Los asistentes se distribuyen en 30 equipos de diez a doce agentes, son la primera instancia; luego se realizan diez subplenarios, de tres equipos que trabajan el material.
“’Juzgar con los criterios del Hijo’, es la iluminación, que es precisamente ver lo de las estructuras, para conocer si están dando respuesta, nuestra pastoral, a las exigencias que nuestra Diócesis nos presenta”.
La Asamblea se comienza a organizar “a partir de la última Asamblea, de la que se realiza una evaluación y se sigue con las reuniones conjuntas que se tienen cada dos meses; ahí es donde se ve el avance, si se está aterrizando o no; y durante el año se tienen reuniones con el equipo de Vicaría”, comentó el entrevistado.
Ante la pregunta, ¿los objetivos de las asambleas pasadas, se han llevado a las parroquias?, el Padre Gerardo señaló: “es el propósito después de cada asamblea, que los agentes sean promotores del mismo plan en nuestras parroquias. Entonces, lógicamente hay algunas que sí lo ponen inmediatamente en práctica, otros que lamentablemente no responden”.
Nota de Redacción: Los trabajos de la Quinta Asamblea Diocesana de Pastoral sucedieron después del cierre del presente número. Sus resultados y reflexiones los ofreceremos en nuestra próxima edición.
Antecedentes
l 31 de mayo de 2009. Apertura de la Misión Continental. La Arquidiócesis de Guadalajara asume la propuesta contenida en el Documento de Aparecida.
l 7 de febrero de 2012. Da inicio el Ministerio Episcopal del Cardenal José Francisco Robles Ortega como Arzobispo de Guadalajara. Durante el primer semestre, realiza Visitas Pastorales a las Vicarías Episcopales, a las Comisiones y Secciones Diocesanas. Al mismo tiempo, asigna dos tareas: sobre la Misión Continental y la Formación Permanente del Clero.
l 6 de septiembre de 2012. Primera reunión eclesial. Se plantea la necesidad de un Objetivo común, claro y sencillo, y Líneas Comunes de Acción Pastoral. El Cardenal Francisco Robles encomienda a la Vicaría de Pastoral dar seguimiento a esta propuesta.
l De noviembre de 2012 a febrero de 2013, se llevó a cabo un levantamiento de datos, con vistas a tener el marco de la realidad de la Diócesis.
l Del 11 al 13 de junio de 2013. Primera Asamblea Diocesana de Pastoral. Se logró un Objetivo en común.
l Del 25 al 27 junio de 2014. Segunda Asamblea Diocesana. Se llegó al acuerdo de las Siete Líneas Comunes de Acción Pastoral.
l 2 de abril de 2015. En la Misa Crismal se presentó el VI Plan Diocesano como una herramienta para facilitar el Proceso Diocesano de Pastoral.
l Del 24 al 26 de junio de 2015. Tercera Asamblea Diocesana. Tuvo como objetivo, el profundizar en el Sexto Plan de Pastoral, para ser animadores del Proceso en este compromiso de la Misión Continental.
l Del 22 al 24 de junio de 2016 se llevó a cabo la Cuarta Asamblea Diocesana de Pastoral, que en esta ocasión se realizó bajo el lema “La Nueva Evangelización, al servicio del Reino”. Las tres periferias asumidas fueron: Las familias en situación de crisis; los jóvenes en situación de crisis y la descomposición del tejido social.
l Del 21 al 23 de junio de 2017. V Asamblea Diocesana.
Vicarías de Guadalajara, presentes en la V Asamblea
Para poner las necesidades de las estructuras más básicas sobre la mesa, pero también para recibir las directrices a trabajar según el plan de la Diócesis, las vicarías episcopales trabajan en la Asamblea Diocesana.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
El padre Antonio Pérez Islas, es vicario episcopal en la Vicaría San José de Analco, integrada por los decanatos de San Felipe de Jesús, San José de Analco y Madre Santísima de la Luz, es decir, alrededor de 35 parroquias, y participa en la V Asamblea Diocesana, pues como todos los vicarios y decanos ha sido convocado para participar en estos trabajos que revisan lo que se ha avanzado desde la Asamblea anterior y proyectan las prioridades a trabajar durante el próximo período.
“La vicaría de pastoral nos marca una pauta y nosotros respondemos desde la base”, señala el también párroco de San José y Santo Tomás en la Colonia Universitaria de Guadalajara.
Cómo se trabaja
“Cada parroquia hace una asamblea con sus agentes de pastoral, se ve la realidad de ciertas situaciones, por ejemplo, en este año destacamos tres periferias: las familias, los jóvenes y el tejido social, que necesitan especial atención. Así, desde cada estructura analizamos y conocemos qué nos pide cada uno de estos sectores.
“Llevamos todo esto a la Asamblea, pero también traemos lo que ahí se analiza y se concluye, es un doble flujo de información”.
El sacerdote apuntó que este sistema de trabajo es funcional, pues al ser la Diócesis de Guadalajara un territorio tan amplio es difícil manejarlo de otra manera. “En la Asamblea hay representantes de cada decanato, de cada vicaría, tanto sacerdotes como laicos comprometidos, institutos religiosos, secciones y comisiones; todos entramos y todos trabajamos; para todos hay voz y trabajamos en equipos bien coordinados en los que a todos se nos escucha”.
Que cada quien haga lo suyo
El padre dijo que este año se busca darle dinamismo a las estructuras de la Diócesis de manera que todas sean funcionales y den respuesta según su ser y quehacer “desde lo que es y lo que le toca. Eso se quiere para esta ocasión. Que brote la responsabilidad, que brote la consciencia de que todos debemos trabajar porque a veces se queda en un tema, en una tarea, tenemos ciertas prioridades a las que hay que ponerles actividades, a las que hay que trabajarles. Pero si la estructura no se une, no funciona, es como si la Diócesis tuviera una pata chueca o una llantita que está ponchada y que impide que funcione esa área, por eso es necesario que nos activemos todos”.
El entrevistado indicó que se espera que todos los participantes de la asamblea vayan con fe “debemos tomar en cuenta que la Iglesia, es una obra de Dios, y debemos tener fe en que el Espíritu Santo actúa en cada uno de nosotros. Debemos saber que somos instrumentos de Dios para una Diócesis enorme y que necesita mucha actividad y mucho de lo nuestro para responder a tantas necesidades. Una vez que estamos ahí debemos concentrarnos en el trabajo y no meternos en distracciones.
“Nuestra tarea será esperar los resultados, asumirlos como nuestros y llevarlos a cabo en las parroquias, en los decanatos y en todas las estructuras. Debemos ser sensibles a los signos de los tiempos para, como dice el Papa Francisco, conocer los vacíos y las carencias que hace falta atender y enfrentar desde el Evangelio y desde estas prioridades que se nos han dado: la familia, los jóvenes y el tejido social”.
Antecedentes
El padre indicó que el principal responsable del trabajo posterior a la asamblea es el sacerdote. “El pastor de una comunidad es el que tiene que meter a la comunidad dentro del rol de trabajo. Cada pastor de almas tiene que poner a trabajar al laico comprometido. Tenemos que trabajar desde la predicación, desde la catequesis, desde los grupos, para responder a las necesidades de nuestra Iglesia”.
La Vicaría de San José de Analco integra varios barrios antiguos de Guadalajara. Incluso, según el vicario episcopal, algunas de las realidades que se enfrentan son por ejemplo, la población mayoritariamente de adultos mayores, la proliferación de comercios y la disminución de casas habitación. “Nuestra población adulta mayor es gente que ya no va al templo y que necesitamos llevarles la comunión a su casa.
“Como dice el Papa Francisco, tenemos que ser una Iglesia en salida, no esperar a que vengan porque ya no vienen, sino tenemos que salir. Debemos responder a los jóvenes, a los adultos, a las familias que ahora son diferentes”, finalizó. Dijo que aunque el trabajo de la asamblea es pesado, es una fiesta de la comunión y de la convivencia en la que puede verse la pluralidad de la diócesis
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