¡Cuidado!
Uno de los males de nuestro tiempo es el estrés, este puede ser generado por nuestra actividad laboral aunado al cada vez más largo tiempo que invertimos en los traslados y a la poca actividad física que realizamos, por eso es importante estar alerta y cuidarnos.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
El Síndrome de Desgaste Profesional o Burn Out, es una sensación de agotamiento vital reconocido en la Clasificación Internacional de Enfermedades.
Fue reconocido a partir de la década de los sesentas del siglo pasado, y puede decirse que “es el precio que se paga por servir”, así lo define el Dr. Jorge Montoya Carrasquilla, médico psiquiatra quien desde hace varios años se enfoca en el manejo de las pérdidas y es director y fundador del Instituto John Bowlby en su natal Colombia, y quien visitó Guadalajara para participar en la Primera Jornada Contra el Sufrimiento organizada por Centro San Camilo y por fundación Acompaña.
Si bien, el término burn out fue utilizado desde la década de los 60’s, fue hasta mediados de los 70’s que comenzó a desarrollarse.
Burn out es un término anglosajón que significa estar quemado, desgastado, exhausto y haber perdido la ilusión por el trabajo. Se presenta principalmente en el personal sanitario como enfermeras, médicos, cuidadores, pero también en personas que trabajan directamente en atención al cliente, es decir, quienes tienen mayor contacto con otras personas.
El Burnout aparece cuando la persona se siente con exceso un de trabajo o demandas y al mismo tiempo infravalorada. Esto puede ocurrirle desde el empleado de oficina que no ha tenido vacaciones, a la agotada madre y ama de casa que lucha para cuidar a los niños, las tareas domésticas y unos padres de edad avanzada.
No me siento satisfecho con mi trabajo
La manera más fácil de diagnosticarlo es mediante un test, El Maslach Burnout Inventory (MBI), de Christina Maslach y Susan Jackson (1986). Este test utiliza un enfoque tridimensional evaluando los siguientes componentes: realización personal en el trabajo, cansancio emocional y despersonalización.
Algunas de las preguntas que incluye este cuestionario son: ¿Me siento emocionalmente agotado por mi trabajo? ¿Cuándo me levanto por la mañana y me enfrento a otra jornada de trabajo me siento fatigado? ¿Siento que trabajar todo el día con la gente me cansa? ¿Siento que estoy demasiado tiempo en mi trabajo? ¿Mis compañeros de trabajo me subestiman. La dirección muestra favoritismo? ¿La burocracia interfiere con la realización de mi trabajo. Las personas en mi trabajo compiten en vez de cooperar?.
Si algunas de estas respuestas son positivas, quizá debamos buscar ayuda para tener un diagnóstico profesional y buscar una salida para este padecimiento que incluso podría llevarnos a la muerte.
Los efectos negativos del Burnout se trasladan a todos los ámbitos de la vida, incluyendo la casa, el trabajo y la vida social. El Burnout también puede causar cambios a largo plazo en el cuerpo que nos hacen vulnerable a enfermedades como la gripe o el resfriado porque el nivel de defensas disminuye.
El Burnout puede ser el resultado de una tensión implacable, pero no es lo mismo que el exceso de estrés. El estrés, por lo general, implica numerosas presiones que exigen demasiado física y psicológicamente. Pero las personas estresadas todavía pueden imaginar que si tan sólo pudieran tener las cosas bajo control, se sentirán mejor.
En el Burnout, por el contrario, esto no es suficiente. Las personas que lo padecen tienen una sensación de vacío, carecen de motivación y no son capaces de ver solución a su problema, a menudo no ven ninguna esperanza de un cambio positivo en sus situaciones.
Tratamiento
Se basa en tres aspectos fundamentales: control del estrés, ensayo conductual y potenciación del autocontrol. En ocasiones puede ser necesario un breve período de baja laboral.
Quién Puede Padecerlo
El burn out, puede darse en prácticamente cualquier actividad, particularmente si se presentan una o más de las siguientes características:
• Profesiones de alto contacto con personas.
• Horarios de trabajo excesivos (Trabajo que supera las ocho horas diarias).
• Ambiente laboral estático en largos periodos de tiempo.
• Remuneración económica inadecuada.
• Inconformidades con los compañeros y superiores.
• Trato inadecuado.
• Pésimo clima laboral.
• Ambigüedad de rol.
• Falta de información sobre aspectos relacionados con la actividad laboral.
• Falta de equidad o justicia
organizacional.
• Relaciones conflictivas con los usuarios, clientes o compañeros.
• Limitaciones para la toma de decisiones.
• Imposibilidad de poder ascender en el trabajo.
El burn out tiene tres características fundamentales que son:
El agotamiento: la sensación de ya no ser capaz de ofrecer más de sí mismo.
La suspicacia / escepticismo: actitud distante hacia el trabajo, a las personas que se está ofreciendo el servicio y hacia los compañeros de trabajo.
Ineficacia: sensación de que no se están llevando a cabo debidamente las tareas y de que se es incompetente en el trabajo.
Cómo Evoluciona El Burn Out
Se trata de un trastorno crónico y progresivo caracterizado por las siguientes etapas:
1. Etapa cero (entusiasmo): La persona experimenta inicialmente el trabajo como algo estimulante.
2. Primera etapa (estancamiento): Se comienzan a plantear dudas acerca del trabajo, del esfuerzo, de si vale la pena, las expectativas iniciales se oscurecen, los objetivos ya no son tan claros y se comienza a aislar y a interpretar negativamente las propuestas. Aparecen los primeros síntomas físicos (dolores de cabeza, síntomas digestivos y aburrimiento).
3. Segunda fase (frustración): Las herramientas de la organización y las personales hacen que, o bien se salve positivamente la situación (se recobra la ilusión por nuevos proyectos, las motivaciones, o cambios hacia un trabajo con mejores perspectivas) o se entra en una etapa donde los problemas psicosomáticos se hacen crónicos y se va adoptando una actitud irritable, dubitativa y con poca adecuación a las tareas.
4. Tercera fase (apatía): La persona se resigna a no cambiar las cosas, entra en una etapa de no saber decir que no, de cinismo ante los clientes y comienza el ausentismo laboral.
Los signos de alarma más sobresalientes son:
1. Cambios de comportamiento.
2. Cambio de actitud hacía los clientes que pueden ser vistos, por primera vez, como difíciles, pesados, no cooperativos, problemáticos, etc.
3. Cambio de actitud en relación a otros pares o compañeros.
4. Rechazo a iniciar el trabajo.
5. Intensificación de los mecanismos de defensa.
6. Disminución de la autoestima.
7. Rigidez de conducta.
8. Cambios físicos (fatiga emocional y física, aumento de la tensión arterial, jaquecas, tensión muscular, niveles bajos de energía, pérdida de interés).
9. Cambios emocionales (depresión, fatiga, tristeza, insatisfacción, sensación de estar emocionalmente “vaciado”, falta de energía para afrontar un nuevo día, sensación de incapacidad o de dar más de sí).
10. Trastornos en los hábitos de vida (trastornos del sueño, del apetito y sexuales).
5. Cuarta fase (quemado): Cuando se produce un colapso físico e intelectual de no poder más, y es donde la enfermedad se manifiesta en sus características más comunes y acentuadas.
Algunas de las muchas estrategias para evitar y tratar el burn out son:
• Implicarse en actividades externas al trabajo.
• Fortalecer las relaciones personales y familiares.
• Planificar y desarrollar actividades de esparcimiento, como ir al cine, al teatro y a conciertos.
• Dedicar tiempo al juego y la recreación.
• No omitir períodos de vacaciones.
• Realizar actividad física regularmente.
• Reducir imprevistos: organizar las urgencias de tal forma que no interfieran en el trabajo planificado.
• Reducir la burocracia.
• Planear reuniones sin afectar el tiempo de los trabajadores.
• Acortar distancia entre los niveles organizacionales.
• Mejorar proceso de adaptación en cuanto a las expectativas de la realidad laboral.
• Formación en control de emociones.
• Equilibrio de áreas vitales: familia, amigos, aficiones, descanso y trabajo.
• Fortalecimiento del concepto de trabajo en equipo: espacios y objetivos comunes.
• Reducir la burocracia y fortalecer el apoyo de personal auxiliar.
• Estímulo a la educación continuada.
• Fortalecimiento de comunicación con departamentos directivos.
La alimentación también cuenta para tener un buen rendimiento
Se debe reducir al mínimo el consumo de azúcar y los carbohidratos refinados ya que estos alimentos pueden afectar a nuestra energía.
Reducir la ingesta de cafeína, grasas trans y alimentos con altos niveles de conservantes químicos u hormonas.
Comer más ácidos grasos omega-3. Las mejores fuentes son los pescados grasos, algas, semillas de lino y las nueces.
Evitar la nicotina. Fumar cuando te sientes estresado puede parecer que te calma, pero la nicotina es un estimulante poderoso, que conduce a mayores niveles de ansiedad.
Beber alcohol con moderación. El alcohol reduce temporalmente las preocupaciones, pero demasiado puede causar muchos efectos.
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