Pbro. Tomás de Híjar Ornelas
Cronista de la Arquidiócesis
Una ocasión única para admirar un selecto lote de objetos, muy destacados por su calidad estética, confección, rareza y temporalidad, estará abierta a todo el público que visite hasta el mes de agosto, inclusive, con entrada libre, el centro cultural Casa ITESO Clavigero (José Guadalupe Zuno 2083, entre Chapultepec y Marsella), en la colonia Americana de Guadalajara, de lunes a viernes, de 9 a 14 horas, y de 16 a 19 horas, y los sábados de 9 a 13 horas.
Se trata de piezas procedentes de la colección Vázquez-Noris, especializada, pero no en exclusiva, en antigüedades novohispanas, de las que el director de esta Casa, Gutierre Aceves Piña, solicitó en préstamo y montó en un recinto que de por sí merece visitarse muchas veces, toda vez que lo edificó el máximo arquitecto mexicano, Luis Barragán Morfín, como casa habitación del humanista Efraín González Luna, casado con la señora Amparo Morfín, prima de Barragán, y que por otro lado honra al precursor de la nacionalidad mexicana, el religioso jesuita Francisco Xavier Clavijero, expulsado junto con todos los miembros de la Compañía de Jesús mientras prestaba sus servicios magisteriales en Guadalajara, hace 250 años que se cumplirán dentro de un mes, el 25 de junio.
De colecciones y coleccionistas
María Fernanda Matos Moctezuma inauguró la exposición, hablando del coleccionismo en una conferencia donde puso de manifiesto la necesidad humana de acumular objetos inútiles, que obedece a muchos factores, aun patológicos, pero que si se educa da a la postre, resultados que la humanidad agradece. Señaló cómo desde hace dos y medio siglos las colecciones comenzaron a mostrarse al público y hoy son moneda corriente que en muchos lados, grandes y pequeños, esos acervos formen parte del paisaje cultural.
Matos Moctezuma presentó los retos que el coleccionismo en México afronta, toda vez que nuestra cultura y legislación vigente no alienta, antes bien, desanima a que lo acumulado por un diletante o profesional durante su vida, se pierda de forma irremisible a su muerte. Citó, para eso, el lamentable estado de colecciones públicas, como las pinturas del Museo Regional de Guadalajara, que ascendiendo al grandísimo número de 800, estén todas embodegadas, o la pésima decisión del gobierno de Puebla al construir un costosísimo “Museo del Barroco” en la capital de ese estado, sin tener acervo que exhibir, por lo que hubo de desmantelar buena parte de la colección que José Luis Bello pidió que se mostrara a perpetuidad a quienes visitaran su casa habitación.
Las obras expuestas
Consisten en pinturas de artistas académicos o populares, de esculturas talladas o modeladas y piezas de orfebrería, de objetos de cerámica de alta o baja temperatura, donde el gusto y la sensibilidad de sus creadores, tanto como lo remoto de la factura de las piezas en casi todos los casos las hace del todo relevantes y dignas de interés.
Predominan los temas religiosos, materia de atención suma para los habitantes de lo que hoy es México durante la dominación española, etapa durante la cual fundieron la intensa religiosidad amerindia y la reforma católica después del concilio de Trento, que dio al culto divino un esplendor incomparable, de modo que esto, al lado de las devociones populares, alcanzó un rango gracias al cual han llegado hasta nosotros, no obstante los profundos y escabrosos lances que sacudieron nuestra historia a partir del siglo XIX, un estupendo legado de lo que se obtiene cuando se conjugan la destreza, la sensibilidad y la fe.
La suerte del coleccionismo
Esta exposición da pie a que se profundice en el compromiso que en torno al patrimonio tienen los gestores culturales deseosos de darle a este tema la relevancia que en las últimas décadas ha ido cobrando la salvaguarda integral de bienes que si no se registran y se exhiben, pueden desaparecer de forma torpe, pero que si más allá de las entidades gubernamentales son objeto de una atención cuidadosa, pueden convertirse, como en tantas partes del mundo, en el fondos de estudio y contemplación inagotables.

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