Indulgencia en parroquias de Cuquio
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
El poblado de Las Cruces, en los Altos de Jalisco, está de fiesta, pues a pesar de que hace casi 90 años fue escenario de un trágico acontecimiento, lo ahí ocurrido se ha transformado en gracia y bendición.
Y es que hace 89 años fueron muertos en ese poblado, en aquél entonces perteneciente a la parroquia de Cuquio, los sacerdotes Justino Orona y Atilano Cruz, presbíteros que fueron reconocidos como santos de la Iglesia universal el 21 de mayo del año 2000 por el ahora también santo, Papa Juan Pablo II.
Para darle realce al acontecimiento el párroco de San Miguel Arcángel en Las Cruces, Pbro. Aniceto Sandoval Murillo, solicitó al señor Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, la celebración de un año jubilar en preparación a los 90 años del martirio, petición que fue aceptada y que concede además, durante todo el año, la indulgencia bajo las condiciones acostumbradas.
Una fiesta que congrega a propios y extraños
Si bien el novenario de esta celebración comenzará el 23 de junio, las celebraciones más fuertes serán el viernes 30 de junio y el sábado 1° de julio.
“Durante los días del novenario tendremos peregrinaciones a las 12 del día, nos visitan diferentes parroquias de Tonalá, de Tlaquepaque, de la Diócesis de San Juan de los Lagos y del decanato de Juchipila. Peregrinan por ejemplo de Ahuetita, lugar de origen de San Atilano y de Atoyac, de donde era San Justino Orona, ellos nos acompañarán el domingo 25.
“Además, todos los días por la tarde tenemos las peregrinaciones de los barrios y de las comunidades de las parroquias.
“El viernes 30 tenemos una vigilia que inicia a las 7 de la tarde y termina a las 2 de la mañana del día 1°, hora en que ellos murieron. Es una vigilia de adoración que tenemos en la parroquia, luego tenemos la Misa a las 11 de la noche para después peregrinar al lugar donde ellos murieron. Vienen entre 90 y 100 parroquias. En el lugar damos la bendición y permanecemos en la velada hasta las 2 de la mañana, que concluye con las mañanitas y juegos pirotécnicos.
“El día 1° tenemos el Rosario de Aurora a las 6.30 de la mañana, a las 12 la apertura del año jubilar y por la tarde tendremos la Misa solemne por los mártires y verbena popular”.
Un amor que se va extendiendo
Aunque la devoción a los mártires permaneció aletargada durante algún tiempo, el padre Aniceto, quien tiene 5 años en la comunidad, asegura que con la promoción que se les ha hecho, esta devoción va creciendo. Todos los viernes celebran Misa en el lugar donde fueron asesinados ambos sacerdotes e incluso, en lo que a obra material se refiere, están trabajando en una calle denominada la Calzada de los Santos Mártires Mexicanos. “Es una avenida donde estamos colocando a los 25 mártires canonizados por San Juan Pablo II, a San José Sánchez del Río y a San Felipe de Jesús. Es una obra que estamos haciendo entre la comunidad, la parroquia, los hijos ausentes y el ayuntamiento de Cuquio”.
Entre otras cosas, también celebrarán una cabalgata el día 26 de junio que irá en un sentido muy espiritual y que concluye en el lugar donde murieron los Santos con la celebración de la Santa Misa.
Poco a poco la devoción a los Mártires crece y se han recibido incluso peregrinaciones internacionales como una que vino desde Ecuador o en el ámbito nacional una que llegó de Mazatlán, Sinaloa.
Así como se extiende la devoción, también aumentan los agradecimientos por los favores recibidos por intercesión de estos Santos Mártires mexicanos.
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