Mediante una carta dirigida al padre Andrés Carillo Zúñiga, párroco de San Felipe Apóstol, en Cuquío, el señor Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, dio a conocer que quienes participen en la celebración jubilar por el aniversario del martirio de San Justino Orona y San Atilano Cruz podrán ganar la indulgencia plenaria.
Los festejos iniciarán el próximo 28 de junio, solemne apertura del año jubilar por el 90 aniversario de estos Santos Mártires mexicanos, y podrán ganar la indulgencia los fieles que peregrinen con espíritu de fe y devoción a venerar las reliquias presentes de ambos Mártires.
La indulgencia podrá lucrarse cada día primero del mes, del 1° de julio de 2017 al 1° de julio del 2018.
Un testimonio que sigue vivo
El sacerdote recordó que San Justino Orona, nació en Atoyac en 1877 y fue párroco de Cuquio donde fundó la Congregación Religiosa de las Hermanas Clarisas del Sagrado Corazón.
Dijo que durante el tiempo de la persecución, el Padre Justino permaneció en la parroquia junto con su vicario, el ahora también santo Atilano Cruz, pues el párroco nunca quiso abandonar a sus fieles y decía: ‘yo entre los míos, vivo o muerto’.
Fue así que el 1° de julio de 1928, en el poblado de Las Cruces, perteneciente a la parroquia de San Felipe Apóstol, ambos sacerdotes fueron acribillados.
Su enseñanza continua latente
Respecto a las virtudes a imitar de nuestros Santos, el padre Andrés Carillo apuntó que San Justino era ferviente devoto de la Eucaristía, “ambos eran virtuosos y devotos del Sagrado Corazón de Jesús, y ambos tuvieron la fe firme y fuerte de no huir a refugiarse en Guadalajara como se los proponía el Obispo para salvarse, sino que tuvieron la fortaleza de continuar en estas tierras a riesgo de su propia vida. Eran hombres humildes, sencillos, pero muy entregados al servicio de Dios”.
Cabe recordar que Cuquio se encuentra a tan solo 80 kilómetros al noreste de Guadalajara, es decir, poco más de una hora de camino.
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