Lina Márquez Cordero
Emprender un negocio, hacerlo rentable y trascender a través de nuestro producto o servicio es un reto, sobre todo porque no podemos hacerlo solos.
Rodearnos de gente interesada y entusiasmada de trabajar con nosotros, es uno de los bloques que nos ayudará a construir una empresa sólida.
El emprendedor se vuelve coach de su propio negocio. Ser coach para guiar y potenciar a sus colaboradores, para que durante su trabajo en la empresa den lo mejor de sí mismos. Cada persona que ingresa a la empresa viene con sus propias competencias: conocimientos, habilidades y actitudes. Es labor del coach de negocio encontrar la forma en que cada uno pueda agregar valor a la organización y hacérselo saber.
¿Qué conocimientos posee?, ¿Qué sabe hacer? ¿Qué experiencia ha tenido en el giro y qué puede aportar? ¿Qué lo apasiona? ¿Cómo trabaja mejor? Son preguntas que debe formular a sus colaboradores. Desde el momento de la selección del personal, asegurarse de contar con un perfil específico, con una misión de puesto que responda a cómo va a contribuir al logro de la misión de la empresa. ¿Qué competencias debe tener para ser exitoso y lograr sus objetivos?
El negocio lo hace junto con ellos y debe cuidar los siguientes aspectos:
• Darles los materiales y herramientas que van a usar además de una remuneración digna.
• Darles inducción al puesto, aclarando su filosofía y lo que espera de ellos.
• Validar sus conocimientos y habilidades y cómo las van a poner en práctica en su puesto.
• Pasar tiempo con ellos y ayudarlos a descubrir lo más valioso y poderoso que pueden aportar a la empresa, su trabajo con pasión.
Con estas recomendaciones puede construir una empresa tal y como la imaginó; el emprendedor siendo líder de su propio negocio.
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