Oscar Villagrán, monitor de Confirmación desde hace tres años, manifestó que haber preparado a los jóvenes a ese sacramento “ha sido una experiencia súper bonita, aunque acá en Cerro Navia es muy complicado, porque muchos jóvenes tienen otras prioridades, hay vulnerabilidad, pero, a pesar de estas adversidades, pudimos lograr los objetivos pastorales. Llevamos la Palabra de Dios en medio de esta realidad”.
Un cristiano no se salva solo, sino en comunidad
Monseñor Ricardo Ezzati en su homilía afirmó que “para mantenernos de pie en la vida necesitamos de Dios, que es nuestro Padre” y que en esta liturgia “viene a decirnos a todos nosotros 'tú eres mi hjo', y cada uno de nosotros estamos llamados a decirle Padre”. Luego, explicó que el ser hijos de Dios nos lleva a ser hermanos ente nosotros, en la comunidad de la Iglesia . “El cristiano no se salva solo, el cristiano se salva en comunidad, que es esencial para que la paternidad de Dios se desarrolle y llegue a cada uno de nosotros. En la cultura egoísta y secularizada de hoy, que busca solamente el dinero, pareciera que en la familia tener hermanos es un obstáculo para alcanzar las metas del propio egoísmo, y en muchos lugares serpentea entre nosotros la tentación de decir que un hijo basta, y estamos perdiendo una de las experiencias más hermosas de la humanidad: que un hijo pueda tener un hermano, una hermana, y puedan establecer una relación de amor”.
El Arzobispo de Santiago llamó a vivir la fe en la comunidad de la Iglesia. “Sientan a la Iglesia como la familia de cada uno de todos ustedes, allí donde se construyen relaciones auténticas”. Finalmente, afirmó que los cristianos están en el mundo con la misión de servir, dar amor y crear un mundo mejor, donde todos sean reconocidos en su dignidad de hijos de Dios, tengan pan, respeto y libertad”.
Luego, monseñor Ezzati presidió los diversos ritos del sacramento, como la imposición de manos y del sagrado Crisma, signos de la entrega del Espíritu Santo, que completan y confirman el Bautismo.
La fuerza de la fe
Una mujer casada y una joven entregaron sus respectivos testimonios de lo que ha significado prepararse y recibir este sacramento. Joan Carla, 21 años de edad, casada, tiene tres hijos, el primero de ellos con una enfermedad de por vida y que ha estado hospitalizado cinco veces, a pesr de lo cual no se cuestiona estos sufrimientos. Afirma que “aprendí que todo hay que dejarlo en las manos de Dios, sólo Él sabe por qué nos pasan estas cosas”. Luego, tuvo mellizos y ha sentido el apoyo de su familia, sus amigos y la comunidad parroquial, pero sobre todo, “la fe y el amor de Dios, sin los cuales no podría estar de pie en estos momentos”.
Por su parte, Camila Sandoval, que terminó Telecomunicaciones, testimonió que este tiempo de preparación al sacramento “ha sido un proceso largo, muy bonito y que ha dejado muchas huellas en mi espíritu”. A los jóvenes los llama a unirse y acercarse a la Iglesia, porque “no es aburrido, como parece, uno crece y gana una nueva familia”. Espera seguir en la parroquia y trabajar como monitora de confirmación.
Fuente Departamento de Comunicaciones www.iglesiadesantiago.cl
Publicar un comentario