Él también les manifestó su alegría de compartir con ellos: “Cuando el Obispo tiene la posibilidad de visitar a una comunidad y de celebrar en ella lo más grande que tenemos, el misterio del amor de Dios ciertamente su fe va creciendo junto con la fe de los hermanos”.
En su homilíaa los llamó a vivir profundamente su fe: “Nuestra fe tiene como objeto a Jesús, creemos en Él, es quien nos manifiesta el amor que Dios nos tiene. Es Jesús quien ha venido para decirnos que el corazón del padre es misericordioso, tierno, que tiene siempre los brazos abiertos para acoger, que tiene siempre su boca abierta para comunicarnos la salvación y la palabra de vida que quiere que llegue a nosotros”.
También recordó a los primeros cristianos que dieron su vida por creer en Jesucristo, porque en Él descubrieron el sentido de su vida. Monseñor Ezzati los invitó a seguir el ejemplo del apóstol Andrés quien sintió el llamado de Jesús y dedicó su vida a seguirlo.
“San Andrés fue uno de los discípulos junto con Juan que escucharon al bautista y creyeron que Jesús era el cordero que quita el pecado del mundo. San Andrés le pregunta a Jesús ¿maestro dónde vives? Y Él le respondió ‘ven y lo verás’ y cuenta el Evangelio que se quedaron con Él ese día y descubrieron lo más precioso de la vida. Eran pescadores y encontraron a aquél que cambió su existencia y les dio el sentido más profundo”, reflexionó el pastor.
“Jesús llama a Andrés y Pedro para ser pescadores de hombres, ese es el modelo que se nos presenta para acercarnos a Jesús. Para crecer en nuestra vida de fe constantemente debemos preguntarle al Señor: ¿Señor dónde vives? y escuchar de Él ‘vengan y lo verán’ y quedándonos con Jesús, descubrir quién es. El hijo de Dios que llega a nosotros para que tengamos vida”.
En la eucaristía la comunidad agradeció al Monseñor Ezzati su visita y el que el Arzobispado comprara recientemente para la comunidad la casa pastoral. Era un anhelo muy esperado por ellos ya que hace 16 años arrendaban el lugar.
También hicieron un reconocimiento a personas que se han destacado por su entrega y compromiso en la capilla durante estos años. Es así como reconocieron a Jorge Ponce quien fue el primer misionero que llegó al sector y a Carmen Flores que con esmero prepara el altar para las misas y distintas celebraciones. Los presentes los saludaron con aplausos y cariño ya que son personas muy queridas.
Una Comunidad Generosa
La Capilla San Andrés es una comunidad muy antigua que se formó con las personas que trabajaban en el Hospital el Peral y después se construyó la Villa Fray Camilo Henríquez y sus habitantes empezaron a participar en ella también.
Aída Díaz participa hace 18 años y junto a su esposo, el diácono Daniel Zapata, coordinan capilla: “Nosotros la amamos, es nuestra vida, no la podemos dejar. Esto era campo y cuando se creó la villa llegamos nosotros que pertenecemos a la Parroquia Santa Teresita de Los Andes. Somos una comunidad viva, vamos al hospital, a la Clínica Gaete, hacemos onces para los pacientes, los llevamos a pasear”.
El padre Rodrigo Magaña destaca que la comunidad es generosa y firme. “Son muy organizados y comprometidos, de una fe muy profunda y una solidaridad muy grande”.
Fuente: Comunicaciones Santiago
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