Matrimonio revoluciona Maipú con imagen de la Virgen María

Por Paolo Cordero T.

Gerardo Muñoz y su esposa, Corina Ratinoff, llevan 28 años de casados. Hace 9 llegaron a vivir a Maipú junto a sus tres hijos. Desde entonces participan activamente de la parroquia Inmaculado Corazón de María, ubicada a unas cuadras de su casa. Fue en la comunidad, donde surgió la idea de iniciar un mes de María misionero, que recorriera calles y plazas.


Así, este matrimonio se dio cuenta de lo que causaba la presencia de la Virgen entre los vecinos, muchos de ellos no asistían a misa. Tomaron la decisión con el apoyo de los párrocos Pedro Pablo Garín y actualmente Jorge Solís, de instaurar el rezo en el parque, justo al frente de su casa.


Con una pequeña imagen que sacaban cada tarde de noviembre y diciembre comenzó a pasar lo inimaginable. La gente llegó de forma masiva con flores, a rezar. “Varias veces vimos personas llorando frente a María, pidiendo con mucha fe por alguna enfermedad, o dando gracias”, cuenta Gerardo.


A los tres años, Corina pensó cómo sería instalar una gruta de forma permanente. Ahí comenzó la búsqueda de apoyos y también los temores por la reacción de los vecinos.


¿Cómo se consiguieron los permisos?


Comenzamos a recolectar firmas. Y cuando las tuvimos más de 400, fuimos a la municipalidad. En dos semanas tuvimos la autorización. El 9 de noviembre pasado consagramos este lugar a María, con una emocionante misa presidida por nuestro párroco.


¿Qué ha pasado con los vecinos que no son católicos, cómo lo han tomado?


El municipio nos autorizó a hacer asientos y poner piso, además de la imagen, pero quisimos modificar lo menos posible el entorno, por respeto a quienes no comparten nuestra fe. Pero la verdad es que la respuesta de la gente ha sido increíble. En las noches, vienen familias, vienen los deportistas, dejan velas, es emocionante ver lo que está causando la Virgen en la villa.


¿Quién se encarga de cuidar la imagen?


12 familias somos los custiodios. Cada uno tiene su llave, y nos turnamos para limpiar y ornamentar el lugar.


El próximo paso es instalar iluminación permanente, ya que actualmente, Gerardo cuelga un cable desde el segundo piso de su casa hasta la gruta para rezar el Mes de María. “Uno solo no puede hacer nada, pero si es Dios el que lo quiere, todo es posible”, concluye.


Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago

www.iglesiadesantiago.cl



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