De la promesa a la acusación… política mexicana

Las elecciones de estos días, pretenden ser un esquema que resuelva estrategias para las próximas elecciones de nivel nacional. Existen estrategias obtusas; en la opinión de los entendidos solo es “más de lo mismo”  se reinventan nuevos empaques, presupuestos exorbitantes y discursos a la mexicana. Arengas de tonos exaltados; sobradas de verdades a medias. La política electoral parece no tener más recursos que tragantonas,  acarreos,  transporte incluido. ¡Ah… y banderitas!
Candidatos de  distintas escuelas  políticas, simpatizantes de acarreo  e inculpaciones filtradas a la prensa; son los ingredientes de una insana política a la mexicana. Se pretende ganar a como dé lugar; forzar consensos, exprimir presupuestos, uso mediático de errores ajenos y de medias verdades propias.
La sociedad está harta de tales artimañas. El pueblo empobrecido mira desde la ira las prebendas económicas de la clase política. Y sin embargo, en cierta forma somos rehenes de un sistema político obtuso, insalubre,  que parece justificarse cada día en la mentirocracia.
Las alianzas no tienen recato al mezclar las ideologías,  batidas en  cazuela única del beneficio económico personal o partidista. Los ideales del “Siervo de la Nación”, son sueños guajiros, verdades a medias, o mentiras repetidas que desplazan a las verdades.
Se le ha oído decir a los candidatos que con su voluntad de alcanzar el poder, “ninguna adversidad es más grande que la voluntad”  …el deseo  de conseguir el poder a ultranza es lo que da identidad y programa a las “cruzadas políticas a la mexicana” derrochan el dinero del pueblo, simulan estrategias y solo son artimañas venenosas. Es la política secular del gobierno ante el pueblo que han jurado servir; y sin embargo, no se cansan de mentirle.
Hay cabalgatas y marchas por la victoria. Los partidos derrochan ingenio verbal, mediático, actoral, ante un pueblo que a pesar de todo, sigue con la esperanza intacta aunque no le han tomado en serio. Se dirigen mutuamente, de Partido a Partido, diatribas envalentonadas, frases para el discurso que enfervorice y haga rugir a las multitudes. Son las armas de las ideologías contra los de enfrente. Aunque  los partidos políticos hagan trizas su propia ideología.
La metodología de las promesas, de las camisetas, de los lonches y trasporte gratuito de los partidos,  se siguen usando como estrategia para convencer multitudes. Dijera el refrán popular: “prometer no empobrece…” cumplir es todavía futuro y este puede alargarse como ha sucedido ya por siglos en esta democracia “a la mexicana”.
Se dice que “la vida digna va más allá del discurso” lo firman los partidos, lo van repitiendo todos cambiadas las palabras. Perdida la identidad,  los candidatos de diferentes extracciones, colores y banderas, suenan vacíos.
La historia mexicana está cargada por siglos, de promesas, disfrazamiento de la verdad. Candidatos de historias oscuras, gobiernos desvergonzados que han alimentado por siglos a la gente del poder. Alaban a los arlequines que saltan de puesto en puesto con solo objetivo, de amasar fortunas y empobrecer a este pueblo siempre noble… El verdadero servicio todavía es promesa incumplida. La democracia está oxidada; la partidocracia, ¡no tiene vergüenza!