El río Jordán

Una vez bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu Santo que bajaba como una paloma y venía sobre Él. Y una voz que salía de los cielos decía: “Éste es mi hijo amado, en quien me complazco” Lc.3,16-17

Juan Carlos Tejos*

El río Jordán es como una grieta verde que atraviesa de norte a sur desde el mar de Galilea hasta el mar Muerto, marcando la línea fronteriza entre Israel y Jordania y rompiendo con la vegetación de sus riberas la monotonía ocre del desierto de Judea. Aquí (la palabra que da tanto sentido a los lugares de Tierra Santa), unos kilómetros antes de desembocar en el mar Muerto se encuentra el lugar del bautismo de Jesús. Se trataría según algunos estudiosos, del tercer santuario para el mundo cristiano, luego de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, y la Basílica de la Natividad, en Belén.
Renovar las promesas del bautismo en este lugar creo que es una de las experiencias más sensibles y enriquecedoras que puede vivir un peregrino en Tierra Santa.
Durante años, los cristianos han visitado, para tener esta experiencia, un lugar muy habilitado para este fin, llamado Yardenit, donde a la salida del mar de Tiberiades, el río vuelve a formar su cauce. Mas, numerosas coincidencias con el evangelio y descubrimientos arqueológicos, nos llevan normalmente desde hace ya casi 10 años a otro lugar donde Israel y Jordania, en ambos lados del río Jordán, se disputan el lugar exacto del bautismo, además, refugio del profeta Elías y paso de los Israelitas en su entrada final a la tierra prometida. Un lugar fronterizo en todo caso, se encontraba muy militarizado y vetado para los turistas y peregrinos hasta el año 2012.
Dice San Juan al referirse a la predicación del bautista que “esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán” (Jn.1, 28) Es decir, en el lado oriente del Jordán y entendemos que entonces el caudal del río era más amplio que el que ahora contemplamos. Se trataría en todo caso de otra Betania, distinta de la ciudad donde vivieron Lázaro y sus hermanas Marta y María. Esa, que más adelante también estudiaremos, se encuentra cerca de Jerusalén y lejos del río. Por esta coincidencia, durante muchos años, se confundieron los dos lugares y los investigadores tardaron en localizar dónde realmente había sido bautizado Jesús.
Hoy sabemos que la tradición cristiana, del siglo III, identificó este lugar del bautismo en el margen oriental del río Jordán, hoy territorio Jordano, en un remanso a 9 kilómetros del mar, que se forma antes de desembocar en el mar Muerto. En efecto, en esta zona se encuentran ruinas de varias iglesias, entre ellas, el Monasterio Greco Ortodoxo de San Juan, que data del siglo xv, y una capilla franciscana de 1933.
En 1899 ya se habían realizado excavaciones en el lugar, pero no fue hasta 1994, luego de la firma del tratado de Paz con Israel, cuando aparecieron los restos de estas iglesias, cuevas, pozos, canales de agua y piscinas bautismales que acreditaban que era el lugar correcto. A partir pues, de descripciones de la Biblia y de relatos de los peregrinos se declaró que aquél era el sitio del bautismo de Jesús.
El principal yacimiento arqueológico hallado fueron los restos de tres iglesias bizantinas de los siglos v a vi a.C., una encima de la otra. Unas escaleras bajan hasta lo que se supone que fue el nivel del agua y un pequeño edificio marca el lugar del bautismo.
De hecho, la Unesco declaró este lugar Patrimonio de la Humanidad en febrero de 2016, en una acción no lejos de polémica luego que Israel, cuatro años antes, declaró su ribera, en el lado occidental, de nombre QASR AL-YEHUD, como el lugar auténtico del bautismo de Jesús.
Por su nombre en árabe, Qasr Al Yahud, para algunos significa “castillo de los judíos”. Otros consideran que “al Yahud” significa “los judíos”, pero que la primera palabra procede de un término árabe que significa “ruptura”. Así, éste no sería otro además, que el lugar donde los judíos “rompieron” las aguas, es decir, donde Josué les guió para atravesar el Jordán.
Para nosotros, al lado oriental u occidental más nos preocupa que nuestro Señor oró aquí por primera vez ante Dios y reunió a sus primeros discípulos, y por eso han visitado el lugar, en sus respectivas peregrinaciones a Tierra Santa, San Juan Pablo ii, Benedicto xvi y recientemente el papa Francisco.
*Director peregrinaciones.mx