Así lo indicó el Purpurado italiano en su reflexión la noche del 31 de mayo en los Jardines del Vaticano, en un evento con el que se puso fin al mes de mayo dedicado a la Virgen María.
La tradicional procesión de los fieles que rezaron el Santo Rosario anoche, liderada por el Cardenal, se inició en la Iglesia de Santo Stefano degli Abissini y concluyó en la gruta de la Virgen de Lourdes en los Jardines Vaticanos.
A ellos, el Cardenal Comastri les dijo que es importante mirar a María para “comprender los verdaderos tesoros de la vida”. El Purpurado meditó entonces sobre el éxito, la belleza y la riqueza.
Reflexionando en torno al éxito, el Purpurado dijo que “para muchos esa es la meta de la vida: sobresalir, también en Facebook”. En el caso de María, ella “ha atravesado los siglos, ha alcanzado el éxito porque se ha aferrado a lo eterno, al que no pasa. Quien no tiene a Dios no tiene nada”.
En la Virgen, explicó el Cardenal, también se puede apreciar la verdadera belleza, la gracia, “la belleza interior del corazón puro, sin orgullo, sin máscaras”.
“En un mundo materialista –continuó el Purpurado– se piensa en el dinero, pero el verdadero rico es el que deja un saco de obras buenas. La Virgen vivía en la pobreza pero era también la mujer más rica del mundo porque abrió el corazón a Dios”.
El Cardenal recordó luego las palabras de la Madre de Dios: “Soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”. Con ellas, se aprecia que “María comprendió que es rico aquel que da y se dona a sí mismo”.
“Busquemos la verdadera belleza, la verdadera riqueza y el verdadero éxito siguiendo el ejemplo de María”, concluyó el Vicario del Papa para la Ciudad del Vaticano.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa
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