"La inacción nos será reprochada [...] hoy hemos dejado mal a millones de venezolanos que tenían la esperanza de que actuáramos con responsabilidad, [...] en tanto hacíamos un receso murieron muchachos y su sangre nos mancha en este encuentro".
Son las palabras de Manuel González Sanz, ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, dirigidas a sus homólogos después de conocer el resultado de la votación del proyecto de declaración sobre Venezuela, durante la sesión de cancilleres realizada ayer, 19 de junio, en el primer día de actividades de la 47 asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Cancún México.
Faltaron 3 votos. Sólo tres votos para conseguir la tan esperada declaración de la respecto a la dramática crisis política y humanitaria que vive el país sudamericano. El respaldo de 23 naciones era necesario para aprobar un nuevo texto propuesto por la dirección del organismo hemisférico.
El nuevo proyecto de declaración sustituía dos documentos propuestos anteriormente, uno por Perú, Estados Unidos, México, Canadá y Panamá; y otro por la Comunidad del Caribe (Caricom).
La nueva propuesta caminaba entre las dos anteriores: pedía la apertura de un canal de ayuda humanitaria, el respeto a la autonomía del Congreso Nacional, el cese a la violencia ejercida contra los opositores al régimen y la cancelación de la Constituyente comunal.
Veinte naciones votaron a favor del nuevo texto: Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Estados Unidos, Honduras, Jamaica, Méx ico, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía y Uruguay.
Fue bloqueado por 13 países. Cinco que votaron en contra: Bolivia, Dominica, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas. Y ocho que se abstuvieron: Antigua y Barbuda, Ecuador, El Salvador, Granada, Haiti, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago.
Videgaray: "Mientras estamos aquí discutiendo, las calles de Venezuela están llenas, hay represión y se registran muertos"
Luis Videgaray, secretario de Relaciones Exteriores del país anfitrión, aseguró que el resultado colocaba en evidencia "nuestra incapacidad para lograr un acuerdo y eso es algo que no debe pasar inadvertido, pues mientras estamos aquí discutiendo las calles de Venezuela están llenas, hay represión y se registran muertos. Es extraordinariamente grave".
Antes de la votación, Delcy Eloina Rodríguez Gómez, ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, abandonó la reunión. Su salida, aunque esperada, fue teatral.
Primero, pidió la palabra y profirió un enfático discurso en el que reprodujo la ya conocida narrativa del régimen: en Venezuela hay democracia plena, la Constituyente comunal es querida y apoyada por la mayoría del pueblo, no hay porque temer que sea fraudado el nombramiento de los delegados pues "el poder popular electoral es autónomo y transparente".
La oposición es violenta y golpista, todas las muertes en las manifestaciones son responsabilidad de esa "derecha" que actúa en la ilegalidad con "financiamiento internacional".
Ante la mirada atónita de buena parte de sus pares, Rodríguez negó que en su país hubiera una crisis humanitaria. No hay hambre ni desnutrición. El consumo es regular.
Después de recitar el rosario de mentiras, con la voz supuestamente quebrada, afirmó que su país no reconocerá "cualquier decisión que allí sea tomada". Entregó diez proyectos de resolución "con una agenda constructiva" para el organismo. Tomó sus cosas y salió.
A partir de allí los países aliados de Nicolás Maduro intentaron hundir la sesión. Nicaragua, Bolivia, San Vicente y las Granadinas, Haití, Surinam y Ecuador cuestionaron el proyecto propuesto por la dirección de la OEA, asegurando que habían sido atropellados al presentarles su contenido algunas horas antes del inicio de la reunión.
Solicitaron que fuera votado el proyecto anteriormente presentado por la Caricom, a los ojos de algunos demasiado amable con el régimen bolivariano. Acto seguido, los ministros intercambiaron recriminaciones. Hubo un receso de casi una hora y después fueron votados el proyecto de la dirección de la OEA, con el resultado citado, y luego la propuesta del Caricom. Recibió 8 votos a favor, 15 abstenciones y 14 votos en contra.
Los cancilleres tomaron de nuevo la palabra para explicar sus votos. La mayoría lamentó la oportunidad perdida. El ministro de relaciones exteriores de Brasil avisó que "no esperará" y apoyará con aquellos que quieren el regreso de la normalidad democrática y la restitución del Estado de derecho en ese país.
México propuso que la reunión quede abierta para intentar llegar, hasta el final de la asamblea, el próximo miércoles 21, llegar a un consenso, pero la dirección del organismo declaró la sesión suspensa. Podrá abrirse de nuevo en otra fecha futura que se juzgue oportuna.
Mientras en la OEA contaban votos, en Venezuela contaban muertos. En el día número 80 días de resistencia ininterrumpida al régimen en las calles del país una marcha nacional congregó a millones de ciudadanos en Caracas para pedir a la OEA la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.
Un joven más murió: Fabián Urbina, de 17 años, con un tiro en el tórax
La manifestación fue violentamente reprimida. Hubo disparos directos, con balas, por parte de la Guardia Nacional Bolivariana. Un joven más murió: Fabián Urbina, de 17 años, con un tiro en el tórax. El número de víctimas llega a 67, según el ministerio público, o a 91 según organizaciones independientes.
La acción represora de ayer generó 92 heridos, 7 de los cuales por impacto de bala. De acuerdo con el director del Foro Penal, Alfredo Romero, hasta el momento hay 383 presos políticos.
El rueda de prensa, Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional, lamentó la falta de consenso en la OEA, pero destacó que cada vez más crece el número de países que apoyan la "vuelta al orden Constitucional".
"Hace algunas semanas, en Washington, eran 14, esta vez fueron 20; el número va creciendo", dijo.
Como bofetada con "guante blanco" la Mesa de la Unidad Democrática convocó para la noche de hoy, 20 de junio, una marcha silenciosa hasta la la sede de la OEA en el país. El motivo: rendir homenaje a las víctimas.
En el gesto reverberan las palabras del canciller costarricense Manuel González Sanz: "la inacción nos será reprochada, en tanto hacíamos un receso murieron muchachos (venezolanos) y su sangre nos mancha en este encuentro".
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