Por Francisco Xavier SÁNCHEZ |
En el centenario del nacimiento de Juan Rulfo
En este año en que celebramos el centenario del nacimiento de Juan Rulfo (16 de Mayo de 1917 – 1986), me he propuesto ir comentando periódicamente cada uno de los cuentos que componen su libro El llano en llamas. Deseo que sea algo breve y con un tema específico para cada cuento. He aquí mi comentario al primero de sus cuentos: “Nos han dado la tierra” .
El primer cuento con el que inicia el libro de Juan Rulfo, El llano en llamas (1953), tiene como titulo: “Nos han dado la tierra”. Breve cuento en el que Rulfo nos indica ya cual será el estilo y la problemática que él seguirá desarrollando en los otros cuentos que componen su obra. Un estilo franco, directo y sintético, por medio del cual el escritor mexicano parece perderse, para dejar hablar a sus personajes. La humildad de Rulfo lo hace grande. Y la problemática principal de su obra es denunciar –de manera sutil y anecdótica– la injusticia y opresión que vivían los campesinos en México a principios del siglo XX.
El título es breve, elocuente y directo: Nos (campesinos) han dado (el gobierno) la tierra (el sustento). Se trata de un título que puede engañar hasta no haber leído el cuento completo, porque en realidad los campesinos no recibieron tierra buena para sembrar y poder vivir, sino que se les dio una llanura seca, en realidad no se les dio nada. “el llano no es cosa que sirva. No hay conejos, ni pájaros. No hay nada” (p. 9). Se les dio un “duro pellejo de vaca que se llama el Llano” (p. 10). Me parece que el tema principal que trabaja Rulfo en este primer texto es el reclamo por la vida.
El cuento narra el breve dialogo que tienen 4 campesinos (Melitón, Faustino, Esteban y el narrador) después de andar caminando desde el amanecer hasta cerca de las 4 de la tarde. Los 4 elementos naturales también están presentes: la tierra, el aire, el fuego y el agua. En el fondo me parece que en la narración se busca el arké de la Palabra (como lo llamaban los griegos), es decir el origen mismo del racionalidad. Los primeros pensadores pre-socráticos buscaron el origen del cosmos a partir de un elemento que estuviera presente y sostuviera todo. ¿De dónde surge la razón? ¿Por qué hablamos? En el cuento de Rulfo dice uno de los campesinos: “No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de hablar” (p. 8)
El pensamiento está relacionado con el habla. Aristóteles decía que el hombre es un “animal de razón” (zoon logon echon). Sin embargo a la pura racionalidad propuesta por los griegos, Juan Rulfo antepone la vida. Es la vida (comer, vestirse, tener educación y salud, etc.,) lo que permite hablar. La vida es anterior a la palabra. Y si al pueblo el gobierno le niega las condiciones para poder vivir, le está negando la posibilidad de pensar. En un lugar de hambre no se vive, se sobrevive. “Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero aquí cuesta trabajo. Uno platica aquí y las palabras se calientan en la boca con el calor de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello.” (p. 8).
La travesía por el llano seco, que el gobierno les ha dado para trabajar, es una metáfora de la vida misma de los campesinos. Se tiene que caminar mucho para poder sobrevivir. En su dialogo los campesinos comentan que el Gobierno les quitó sus carabinas y sus armas. ¿Por qué? Los caminantes no lo dicen, pero al quitarles sus armas y sus medios de transporte, los han dejado sin nada, desnudos, indefensos. La repartición de tierras, después de la Revolución mexicana, es un problema que no se ha resuelto. Y lo mismo podemos decir de otros recursos como el petróleo, las minas, las playas, etc., que aparentemente son nuestros –porque así nos lo han hecho creer– pero que son explotados para el provecho de unos cuantos, los que tienen el poder.
El campesino es una persona indefensa, desposeída, atropellada en sus derechos. Las autoridades se burlan de ellos e ironizan de su suerte. “(el delegado). Nos puso los papeles en la mesa y nos dijo: – No se vayan a asustar por tanto terreno para ustedes solos.” (…) –Pero señor delegado, la tierra está deslavada, dura. (…). Habría que hacer agujeros con el azadón para sembrar semilla y ni aún así es positivo que nazca nada; ni maíz ni nada nacerá. –Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen que atacar, no al Gobierno que les da la tierra.” (p. 10).
La búsqueda de la vida en condiciones geográficas y políticas adversas, es el reto que enfrentan los protagonistas de éste primer cuento de Rulfo. Dicen los campesinos después de haber intentado hablar con el delegado: “ – Pero él no nos quiso oír. Y así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará de aquí.” (p. 11). La cerrazón de los políticos se ve reflejada en la cerrazón de la tierra.
El cuento termina con dos signos alentadores: la compasión y la esperanza. Después de tanto caminar se dan cuenta que uno de ellos ha llevado cargando su gallina, no para comérsela, sino para no dejarla sola y para cuidarla. “ –Entonces te la trajiste de bastimento, ¿no? –No, la traigo para cuidarla. Mi casa se quedó sola y sin nadie para que le diera de comer; por eso me la traje. Siempre que salgo lejos cargo con ella.” (p. 12). El gobierno no quiere cargar con su pueblo y se niega a escucharlos, pero entre ellos existe la compasión por los más débiles, cargar con sus animales a pesar de su cansancio. En las últimas frases del cuento el narrador indica que se han acercado al pueblo, eso los reanima, allí la tierra es buena. Todavía no han llegado a la tierra que les han prometido, y tal vez allá la tierra sea buena, eso les hace mantener un poco de esperanza.
Necesitamos de compasión y de esperanza para seguir caminando. En este primer cuento de Rulfo me parece que el tema principal es el reclamo por la vida. La vida es anterior a la palabra. Necesitamos tener condiciones de vida adecuadas para poder hablar, es decir pensar, expresarnos. Cuando a alguien se le niega un trabajo digno que le permita vivir, se le está negando la posibilidad de existir, se le está matando.
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