Mons. Sako estuvo en la parte este de la ciudad acompañado por el Arzobispo Caldeo de la Archieparquia de Teherán, Mons. Ramzi Garmou; el Arzobispo Caldeo de Bassorah, Mons. Habib Hormuz Al-Naufali; y el Obispo Caldeo Auxiliar de Bagdad, Mons. Salim Yaldo. También integraron la comitiva algunas autoridades políticas de la provincia de Nínive.
El Patriarca caldeo y sus acompañantes visitaron diversos lugares cristianos como la iglesia caldea del Espíritu Santo, el monasterio caldeo dedicado a San Jorge, la iglesia siro-ortodoxa de San Efrén y la iglesia siro-católica de la Anunciación.
Según informó la agencia vaticana Fides, todos estos lugares han sido destruidos y saqueados por el ISIS, que suele vandalizar iglesias, monasterios, imágenes y casas de cristianos cada vez que invade una ciudad o villa.
En cada una de las iglesias y monasterios, Mons. Sako, los obispos y miembros de la comitiva se detuvieron a rezar.
El Patriarca Caldeo y los obispos también se encontraron con el General Mayor Najim Abdullah al Juburi, que está al mando de la ofensiva militar para la liberación de Mosul del control de los terroristas.
El General al Juburi pidió a la comitiva que los cristianos regresen pronto a Mosul porque reconoció que sin ellos “la ciudad perdería su color y su identidad original”.
También aseguró que el ejército iraquí se está esforzando por garantizar la seguridad en las aldeas en la Llanura del Nínive y para facilitar el regreso de los habitantes, que en su mayoría eran cristianos y que huyeron cuando el Estado Islámico capturó la región en el año 2014.
Por su parte, Mons. Sako reiteró la necesidad de proteger las propiedades de los cristianos desplazados de Mosul, que corren riesgo de ser expropiadas ilegalmente por ciertos grupos que suelen estar armados.
Fides informó que el Patriarca pudo ver que la gente está retomando el curso de su vida en las zonas liberadas de Mosul, mientras continúan los combates para expulsar a los terroristas de la parte oeste de la ciudad.
Mosul fue invadida por el ISIS en junio de 2014. Hasta la fecha, junto con Qaraqosh, era una de las ciudades iraquíes donde vivía la mayor cantidad de cristianos. Sin embargo, fueron forzados a abandonar la urbe. Los yihadistas los amenazaban de muerte si rechazaban convertirse al islam, o los obligaban a pagar un impuesto de sumisión.
En octubre de 2016 el ejército iraquí, junto con las fuerzas kurdas y la coalición internacional, comenzó la operación para expulsar a los yihadistas de Mosul. En enero de este año liberaron la zona este de la ciudad.
La agencia EFE señaló que el 95% de las personas que huyeron de la zona este de Mosul, entre ellos los cristianos, están regresando a sus hogares. Pero en la parte oeste, hay alrededor de 600 mil civiles atrapados entre el fuego del ejército iraquí y los yihadistas.
También te puede interesar:
VIDEO: El sol abrasador no impidió peregrinación cristiana de acción de gracias en Irak https://t.co/OH5swM0OR3
— ACI Prensa (@aciprensa) 8 de junio de 2017
Publicar un comentario