Si bien el perfil del sacerdote debe ser el mismo en cualquier parte del mundo, los retos pastorales son diversos.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
El padre César Braga de Paula es originario de Brasil, de la Arquidiócesis de Londrina, y trabaja actualmente en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en el Departamento de Vocaciones y Ministerios, con sede en Bogotá, Colombia, como secretario ejecutivo.
El padre César ocupa este cargo desde hace 2 años y, Dios mediante, estará hasta la asamblea de mayo del 2019.
En entrevista para Semanario explicó que, el encargado en el CELAM de Vocaciones y Ministerios es Mons. Anuar Battisti, Arzobispo de Maringá, al sur de Brasil, sin embargo, hay un grupo de Obispos que hacen parte de esta comisión. “Trabajamos siempre con representantes de varias regiones de América Latina: Caribe, Centroamérica, Países Bolivarianos, Cono Sur.
Conocer la experiencia de Guadalajara
“Es para nosotros una dicha estar aquí en Guadalajara, trabajando la formación permanente de los presbíteros”.
El padre César comentó que desde que se planeó este encuentro se pensó que fuera en algún lugar de la Región México-Centroamérica, “luego nuestro secretario general Mons. Juan Espinoza, Obispo Auxiliar de Morelia, sugirió Guadalajara por su Seminario con abundantes vocaciones del que anualmente se ordenaban numerosos sacerdotes, por lo que consideramos interesante conocer la experiencia”.
Señaló que en noviembre del año pasado, el santo padre, a través de la Congregación del Clero, editó la nueva Ratio. “En este documento se habla de que debemos buscar un Espíritu Sacerdotal, configurándonos con Jesucristo y cuidando mucho la dimensión humano-afectiva, para que no tengamos problemas como algunos escándalos que hubo y que puede haber por situaciones de descompensaciones humanas que todas las personas pueden tener: los padres, los matrimonios, las personas solteras.
“Esto se debe trabajar desde la formación inicial, es decir, cuando el muchacho entra al Seminario y va haciendo su proceso, pero la formación no termina ahí, porque nosotros somos siempre discípulos, desde el bautizo, y ese discipulado continúa, en nuestro caso, hasta llegamos a la ordenación presbiteral y durante nuestra vida sacerdotal.
“En el pasado se pensaba, bueno, ya soy padre, entonces ya soy dueño de mí mismo y no, seguimos como discípulos de Jesús”.
Los laicos podemos apoyar
“La nueva Ratio dice que no debemos estar solos, debemos estar acompañados por los laicos, por nuestras familias y generar también grupos de vida entre nuestros compañeros sacerdotes, porque a veces tenemos cosas que compartir que es más fácil hacerlo con ellos que nos conocen y saben de las dificultades del ministerio.
“Además de orar, los laicos pueden hacer mucho por nosotros, incluso llamarnos la atención. Si los laicos ven que el padre tiene un comportamiento no adecuado, ustedes también pueden decirle lo que no está bien. Esa es una manera de ayudarnos. Los laicos deben tener ese amor hacia sus sacerdotes”.
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