Tomás de Híjar Ornelas
Cronista de la Arquidiócesis
La mañana del viernes 2 de junio del año en curso 2017, en el patio cubierto del Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, se inauguró la cátedra ‘Guillermo de la Peña Topete” bajo la modalidad de mancuerna, entre el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) de Occidente, y el Centro Universitario del Sur (CUSUR), de la referida Casa de estudios.
Para ello, se organizó el Seminario: “Indígenas y rancheros en la tierra nómada: Homenaje a Phil Weigand”, el antropólogo, etnógrafo y arqueólogo estadounidense de ascendencia alemana, que descubrió el sitio arqueológico de los Guachimontones y dejó el primer intento por explicar la hasta entonces desconocida pero esplendorosa civilización que misteriosamente desapareció hace 40 mil años, y que tuvo su principal centro ceremonial en la ribera oriente de nuestra laguna de Teuchitlán.
Phil Weigand
En abierta contradicción con la arqueología tradicional, durante 30 años, sufriendo el desdén de sus colegas, Weigand (que este año habría cumplido 80 de vida y que murió hace siete), según la cual las culturas mesoamericanas sólo tuvieron un tronco común, emparentado entre sí (olmecas, mayas, toltecas y mexicas), demostró que las civilizaciones marginales de Mesoamérica son tan importantes como las que erigieron obras monumentales, toda vez que vivieron de forma estable, organizada, poseían ciudades y su vida dependía de la agricultura.
Tema de sus desvelos fue también el estudio sistemático de la cultura wixárika, que ha mantenido su identidad, simbología y cosmología pese a ser un caso aislado.
La arqueología en Jalisco
No obstante tenerse el registro de unos 200 sitios arqueológicos en Jalisco, en estos momentos ninguno de ellos está en condiciones de ser explorado y es mejor que así sea, toda vez que este tipo de labores necesita una meticulosidad rigurosa, a base, sobre todo, de etapas y levantamientos a cargo de profesionales.
Se aspira a que pronto se funde un laboratorio y museo de arqueología en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades como pórtico a una licenciatura en Arqueología que complemente la que ya se tiene en Antropología con 244 estudiantes.
Guillermo de la Peña Topete
Egresado de la Universidad de Manchester, este investigador supremo tapatío, especialista en política y sociedad, cultura e Ideología; relaciones étnicas e Identidades comunitarias, también es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y del Sistema Nacional de Investigadores; director fundador del Centro de Estudios Antropológicos de El Colegio de Michoacán y de la Unidad Occidente del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social. Ha recibido el Premio Nacional de Investigación Urbana y Regional, el Premio Jalisco en el área de ciencia, la Beca Guggenheim y el nombramiento de maestro emérito por El Colegio de Jalisco.
Indígenas y rancheros en la tierra nómada…
Aprovechando la colosal figura de Paul Weigand, Andrés Fábregas Puig ofreció perfiles de nuestro personaje como “antropólogo total”; Eduardo Williams, de El Colegio de Michoacán, expuso el tema “Etnoarqueología de las actividades de subsistencia en Michoacán. El siguiente aspecto abordado fue “La vida económica isleña en Magdalena. Actividades artesanales que perduran”, compartido por Ericka Blanco. Cerró las sesiones la conferencia “Phil Weigand, el etnógrafo. Aportes para la comprensión de las sociedades indígenas del Occidente de México”, de Víctor, y las palabras de la cónyuge supérstite del desaparecido científico, la señora Arcelia García.
Un mundo apenas explorado
Por razones más bien de tipo ideológico, hasta el día de hoy los estudios arqueológicos, antropológicos y etnográficos no han conseguido colmar la brecha abierta en el siglo XIX cuando al calor de la legislación liberal, en los antiguos dominios de España en América el adjetivo indio se volvió una mala palabra, y no serlo o dejar de serlo, en una premisa que el individualismo llevó al genocidio en sus formas más bestiales. Ni siquiera se tiene una sistematización del estudio de los pueblos de indios, categoría jurídica que tuvieron casi todas las cabeceras municipales del país. Pero espacios de reflexión como el descrito, abren posibilidades nada desdeñables para que esto se subsane.

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