60 aniversario
Al cumplir seis décadas se puede decir que el ITESO ha madurado como universidad de orientación cristiana y jesuítica, pero siempre con metas hacia futuro, que al ser alcanzadas van abriendo otras.
Dulce Natalia Romero Cruz
Como Universidad Jesuita, el ITESO (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente), tiene como misión “formar profesionales competentes, libres y comprometidos, dispuestos a poner su ser y su quehacer al servicio de la sociedad. Además de ampliar las fronteras del conocimiento y la cultura en la búsqueda permanente de la verdad”, al estilo de la Compañía de Jesús que es la docencia, la formación integral en sus alumnos, que abarca desde la formación intelectual hasta la afectiva, estética y espiritual.
“Al mismo tiempo la investigación que hacemos como Universidad va encaminada a responder a lo que pensamos que son las necesidades más importantes de desarrollo, en primer lugar, de la región y del país, donde entra la reconstrucción del tejido social, que está siendo ahorita una de las prioridades de la Compañía en México, también de la Iglesia de este país, y que ha sido adoptada también por el ITESO en sus proyectos de vinculación que ayudan a reconstruir el tejido social en vistas a una disminución de la violencia y de la corrupción que existe en el país”, explicó Dr. José Morales Orozco, SJ, rector de dicha Casa de Estudios.
En bien de la sociedad
En términos de vinculación el ITESO siempre ha tenido muy en mente que sus compromisos con la sociedad civil, con organismos de ella y también otros gubernamentales, tiene que estar siempre en función de lo que es la misión de la Universidad, con la justicia social, la solidaridad con los más vulnerables y siempre buscando la verdad y la justicia ante todo.
“Los 60 años del ITESO son una ocasión para agradecer a Dios por lo que como Casa de formación ha podido hacer en su interior pero sobre todo en lo exterior porque esta Universidad se debe a la sociedad. No solamente es recordar y celebrar sino que queremos que sea una ocasión para hacer algo extraordinario, es decir, se le ha pedido a cada instancia que haga una actividad fuera de lo común que responda a problemas concretos, ya sean sociales, culturales o religiosos, especialmente entre los más necesitados.
“Será nuestra forma extraordinaria de celebrar el aniversario, con la intención de proponer una respuesta a un problema en concreto. Aunque hay actividades ya permanentes funcionales queremos que esta iniciativa sea coyuntural. Puede ser algún Foro, un ciclo de conferencias, investigaciones, proyectos de vinculación, etc.”, anticipó el Rector.
La acción
Las celebraciones por los 60 años del ITESO comenzarán el 31 de julio, que es el día que se firmó el Acta Constitutiva que dio origen a esta Universidad. A lo largo de 10 meses se van a tener diversos eventos académicos, deportivos, culturales y sociales.
“Quisimos festejar y dar gracias, pero no caer en la autocomplacencia, sino saber, a la luz de estos 60 años, qué nos pide Dios y la sociedad de acuerdo a los acontecimientos que estamos viviendo en esta región del país”. Se realizará en conjunto con las instituciones que colaboran, pero sobre todo de la mano de las otras obras que tiene la Compañía de Jesús en Guadalajara, como el Instituto de Ciencias, La Ciudad de los Niños del Padre Cuellar, con el Filosofado (alumnos, formadores, etc.), y las zonas donde se tiene algún tipo de obra como lo son Lomas de Polanco y Cajetes.
Una gran visión
Cada día se tienen nuevas metas y sueños por cumplir: “Los ideales que nos propusimos desde un inicio como Universidad son inalcanzables, son como el horizonte que queremos alcanzar, pero a la vez nos fijamos metas que podemos evaluar, porque lo que no se evalúa no se mejora, entonces sí creo que el ITESO se ha puesto metas que ha ido logrando tanto en su configuración como Universidad como en los cimientos financieros. También ha logrado un posicionamiento, que es algo que se propuso desde el inicio, no solamente formar empresarios, o gente para las empresas o sector productivo, sino formar ante todo ciudadanos, hombres y mujeres que hagan un bien a los demás. En eso nos hemos puesto metas que poco a poco hemos ido alcanzando y al ir evaluándolas nos damos cuenta de todo lo que nos sigue faltando, porque en términos calidad y formación humana el horizonte siempre está abierto”.
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