Monseñor Ezzati agradeció las preguntas de Norma y le manifestó su deseo de que las respuestas no sólo le hubieran causado buena impresión, sino que también le proporcionaran certeza de que “el Obispo es un hermano, un hermano mayor, cuya tarea es ser padre de todos, en toda circunstancia de la vida, cuando las cosas van bien y cuando hay tempestad”.
Ésta fue la conversación que sostuvieron.
Como siempre está hablando de Dios ¿Qué cree que pensará Él de usted?
Yo tengo una certeza, que Dios piensa que yo soy su hijo, como Dios piensa que todos somos hijos de Él, aunque a veces no lo sepamos. Yo tengo la certeza y el gozo de saber que Dios es mi Padre y por consiguiente, cuando me mira, me mira como un papá mira a su hijo, como el Padre Dios mira a su hijo Jesús: con bondad, con misericordia, siempre dispuesto a escucharme y siempre dispuesto también a entregarme aquella energía que tiene el saberme amado por Él, el saberme escogido por Él para ser su instrumento en el servicio a los demás.
Me llamó mucho la atención una cosa que me dijo el papa Benedicto XVI poco antes de dejar su ministerio de Papa, hablando del ministerio del obispo, del servicio del obispo, especialmente, en relación con los demás. El Papa me dijo “mire, para hablar de Dios hay que hablar con Dios” y es lo que yo trato de hacer porque para hablar de Dios necesito hablar con Él, escuchar la voz, sobre todo escuchar la voz de su corazón.
A los niños que no van a Misa siempre ¿Dios los querrá igual a los que van siempre?
Tú sabes que tu papá y tu mamá te quieren. Si tú no lo supieras ¿sería una riqueza o una pérdida para ti?
Una pérdida
Lo mismo sucede con nuestra relación con Dios. Dios no deja de amar a los niños que no van a Misa. Pero la ventaja de los niños que van a Misa el día domingo es que saben, experimentan que Dios los quiere. Es lo mismo que cuando un niño siente, experimenta que es amando por sus papás, por sus amigos. En la vida no basta amar, hay que hacer percibir al otro que es amado y lo que Dios nos regala cuando nosotros entramos en contacto con Él, rezamos, participamos de la Eucaristía dominical, es hacernos saber experimentar que Él nos quiere.
¿Dios respeta las demás religiones?
Uno de los dones grandes que Dios nos ha regalado es el don de nuestra libertad que, naturalmente, es una libertad humana y por consiguiente, también una libertad limitada a lo que es la naturaleza humana. Dios quiere a todos aquellos que, con conciencia libre e informada, lo llaman Padre, lo llaman ser superior o incluso a aquellos que no lo reconocen. El amor del Padre no está condicionado a que yo le devuelva el amor. Cuando tú miras a Jesús en la cruz, clavado allí en la cruz, es el amor de Dios hacia mí y hacia ti y no necesariamente pide que nosotros amemos de la misma manera, nos deja libres. Pero naturalmente ¡qué hermoso es que el amor llegue a ser un diálogo! porque así va creciendo de verdad lo que significa amar. Cuando uno reconoce y se encuentra con Jesús y con Dios y retribuye el mismo amor que Dios nos tiene, por lo menos se esfuerza, ese amor llega a ser realmente pleno, no solamente porque Dios nos ama, sino también porque nosotros devolvemos el amor. En la vida humana es así. Muchas veces el amor del papá, de una mamá, tiene una sola dirección hacia el hijo y muchas veces ese hijo se perdió en el camino y no le devuelve ese amor al papá y la mamá. Lo importante es que el papá y la mamá siempre nos quieren y Dios siempre nos quiere, aunque nosotros a veces nos olvidemos de Él.
En agosto entraron a la catedral unos señores e interrumpieron la Misa ¿Por qué estaban tan enojados?
Ellos venían de una manifestación que estaban celebrando en la Plaza Italia y cuando los Carabineros pensaban que estaban terminando, ellos se organizaron para interrumpir una celebración litúrgica a la cual todo hombre y toda mujer tienen derecho. Cuando alguien manifiesta lo que piensa y lo que es, tiene que hacerlo a través de los medios pacíficos, nunca usurpando la libertad de los demás. En este caso, yo pienso que fundamentalmente esta gente no fue capaz de discernir lo que significaba la libertad de un grupo de personas y entraron violentamente a la catedral para interrumpir lo que se estaba celebrando en el lugar. Es como si en tu casa entrara un grupo de personas que interrumpe esa relación familiar. ¿Es bueno o malo?
Malo
Ahí tú misma diste la respuesta de lo que se realizó ese día.
Cuando San Pedro no está ¿Con quién deja las llaves del cielo?
La llave de San Pedro no es una llave material. Es un símbolo. Jesús le dijo a Pedro “yo te daré las llaves del Reino de los cielos”. Es una figura, es una imagen que quiere decir que a través de la Iglesia, el sucesor de Pedro, el Papa, los Obispos, el señor garantiza que las personas podamos llegar a su Reino, podemos participar de su vida.
Es simbólico
Es un hecho simbólico, pero que revela una realidad muy profunda. Cuando tú, antes de ir a dormir, les das un beso al papá y la mamá, es un signo, es algo simbólico. El amor no es el beso, el amor es algo más grande que el beso, es justamente la relación y el cariño que tú tienes con el papá y la mamá. Aquí también las llaves son un signo de una realidad que es mucho más profunda que el mismo signo. La realidad es que a través de la Iglesia nosotros llegamos a formar parte de la familia de los hijos de Dios.
¿Por qué cuando hablan del infierno dicen que está abajo?
El infierno no está ni abajo, ni al lado, ni arriba porque el infierno es una realidad espiritual. El infierno es estar alejado de Dios y cuando uno se aleja definitivamente de Dios, cuando muere, si muere en pecado, quiere decir que está separado del amor de Dios. El infierno es la separación de una persona con el amor infinito que Dios nos tiene y no es Dios quien nos condena al infierno, somos nosotros mismos los que nos condenamos al infierno cuando rompemos los vínculos de amistad con nuestro Dios, que es nuestro Padre.
¿Es pecado estar casado? ¿Por qué los curas no se casan?
No, estar casado es una gracia muy grande. Efectivamente tú y yo somos fruto del amor de una pareja que ha vivido en el sacramento del matrimonio o están naturalmente casados. Casarse es el séptimo sacramento de la ley de Dios. Es un sacramento, es decir, es una institución de un altísimo valor espiritual. Cuando en la Sagrada Escritura se quiere expresar cómo tiene que ser el amor de un hombre y una mujer, se acude a la imagen de Jesús que nos amó hasta entregar su vida por nosotros. Así dice la Escritura, los maridos tienen que amar a su esposa y la esposas a su marido. Casarse es una gracia, pero al lado de esa gracia existen otras, existe la gracia que el Señor concede a algunos, a algunas de poder vivir el amor a Dios y el amor a los hermanos de una manera inseparable y única y es por eso, que el Señor escoge para ser sacerdote a personas que han recibido ese don de poder vivir, esforzarse de vivir en un solo amor, que no tenga separación, el amor a Dios y el amor a los demás. Tú vez que yo tengo un anillo, ¿qué cosa significa el anillo?
Que está casado con Dios y con los demás
Muy bien. El anillo quiere decir que el Obispo tiene una sola esposa y esa sola esposa es el Pueblo de Dios. Por eso que cuando a uno lo consagran Obispo se le entrega esta señal, la señal de que la vida del Obispo tiene que ser totalmente una vida entregada a Dios y al Pueblo de Dios.
Yo tengo mi propia fe, pero a mí me obligaron a hacer la Primera Comunión ¿Por qué tengo que demostrar mi fe haciendo la Primera Comunión o yendo a la iglesia?
En primer lugar nadie te obliga, como nadie te obliga a comer un poco de comida, como nadie te tira con un cordel para ir al colegio. En la vida hay obligaciones que corresponden a lo que uno va descubriendo delo bello en la vida. Tú no estás obligada a presentarte bien o a vestirte bien, pero ¡qué bueno que te vistas bien y te presentes bien! Eso te agrada y te hace mucho bien. La fe es un regalo, Dios que te regala su propia vida, la vida de su hijo, y que te dice “mira, para crecer en esta vida hay que alimentarla”. Cómo se alimenta. Como lo ha hecho tu mamá cuando naciste, no te dejó abandonada. En la vida de la fe nunca nada es obligatorio, siempre es una respuesta de amor y en la medida que uno descubre el don que Dios a uno le da, en esa misma medida, está llamado a responder a través del camino que el Señor nos ha indicado para crecer en esta fe. Entonces ¿cómo tu familia te va a acompañar en el crecimiento físico e intelectual? De la misma manera los papás tienen el deber de acompañar tu crecimiento de fe. El día de mañana tú decidirás y siempre tú serás libre de decirle al don de Dios sí o no.
Tú acabas de hacerme un regalo. Yo podría decir que no quería ese regalo. Habría sido malvado, mal agradecido. El regalo llega a ser regalo cuando uno lo acoge. Lo mismo en la vida de Dios. Llega a ser un regalo para nosotros en la medida en que lo acogemos.
¿Por qué tiene que existir un Papa?
En primer quién es el Papa. El Papa es el sucesor de San Pedro. Después de San Pedro vinieron varios otros, hasta que hemos llegado en estos tiempos, al inicio de este siglo, con el papa Juan Pablo II, al papa Benedicto XVI, y ahora al papa Francisco. ¿Cuál es la tarea que tiene el Papa? Una gran tarea: la de acompañarnos a quienes somos creyentes para vivir nuestra fe. Entonces, la función primera del Papa es la de ayudarnos a que podamos vivir como fieles seguidores de Jesús. En segundo lugar, la misión del Papa es también ser vínculo de unidad y de comunión entre todos los fieles. Seguramente tú habrás visto algunas imágenes de lo que pasó en Rio. Cuántos jóvenes se reunieron alrededor del Papa para proclamar la fe y el Papa ha sido vínculo de unidad de todos esos jóvenes que se encontraban con Jesucristo en la fe. Y lo mismo es la tarea del Obispo. El sábado antes pasado yo me reuní con más de 100 mil jóvenes en la peregrinación de Los Andes. Cada uno de esos jóvenes cristianos se encontraban con los demás y el Obispo es un poco la cabeza que cumple con confirmar en la fe a esos jóvenes y de crear vínculos de comunión con ellos. Ayer en la noche, en Santiago, terminamos un gran evento que hemos llamado el Atrio de Santiago. Dos mil jóvenes y adultos que cantaban en la Plaza de Armas, e imágenes que se proyectaban en la iglesia Catedral que culminaba un encuentro. Lo que la Iglesia está llamada a hacer a través del Papa, del Obispo, del párroco, es crear comunión, unidad, cercanía y amistad con todos aquellos que creemos en Jesucristo y seguimos sus pasos. Esa es la misión del Papa.
Entonces, generar vínculo entre todas las personas del mundo
Entre todos los que tienen fe y también con aquellos que no tienen fe. Esa es la misión de la iglesia.
¿Por qué a veces son tan serios y no sonríen, si sonreír es bueno?
A ver, yo soy muy amigo del papa Francisco y tú lo ves constantemente sonriendo, acogiendo a los niños, bendiciéndolos. A pesar de que el carácter del papa Francisco puede ser un carácter serio, de hombre de estudio. El sonreír es una virtud que no necesariamente está ligada al carácter. Hay gente que puede sonreír, no demasiado, ojalá podamos sonreír muchos más. Sin embargo, somos portadores y queremos ser portadores de un gran amor, de un gran cariño y de una gran cercanía, especialmente a aquellos que más necesitan de sonrisa. Yo todos los sábado, domingos, muchas veces los viernes, el domingo muchas veces en dos o tres oportunidades, me encuentro con comunidades, y sabes qué cosa me llama más la atención. En primer lugar, la cantidad enorme de mamás que se acercan con sus niños en los brazos para recibir la bendición de Obispo. Si tú ves en la página web del arzobispado (de Santiago) y miras las noticias que se refieren al Obispo, la inmensa mayoría de las fotos que aparecen ahí son fotos que hacen ver la relación del Obispo con estos niños, con estas mamás. Te vas a dar cuenta que no solamente el Obispo sonríe, sino que también los niños sonríen. Es un llamado muy importante y muy bello el tuyo. Hay que sonreír porque hemos recibido de Dios el regalo más grande, el regalo de su amistad, de su cercanía ¡Cómo no sonreír frente a eso!
Fuente: Prensa CECh
Publicar un comentario