Por la señal de la Santa Cruz…

Escuela de oración: Clase 11

de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con los jovenes de Tecua

Jesús Valdovinos Ramírez
Curso de Nivelación

¡Qué tal! En esta ocasión veremos la importancia y trascendencia de la primera oración que nos aprendimos como cristianos: ¡la que decimos al persignarnos! Se trata de una oración que aprendemos desde pequeños, y la utilizamos a lo largo de toda nuestra vida, ya sea al levantarnos o al comenzar una oración, como el Santo Rosario. Siempre nos persignamos en señal de nuestra fe en Dios y pidiendo su auxilio. La señal del cristiano es la señal de la cruz. En este signo se resume el misterio de la Santísima Trinidad, el misterio de la Redención, y con ello, el misterio de la Encarnación. La oración comienza haciendo una pequeña cruz en nuestra frente con la mano derecha y diciendo: “por la señal de la Santa Cruz”. Meditamos el misterio de la Redención, pues en la cruz murió nuestro Señor Jesucristo para alcanzarnos la salvación eterna, y así la cruz se ha convertido en signo de esperanza y victoria. Y de algún modo se hace presente el misterio de la Encarnación, ya que no podemos concebir la Redención sin la segunda persona de la Santísima Trinidad. ¿En qué consiste este signo?

CRUZ EN LA FRENTE
Hacemos una cruz en la frente para pedir a Dios que bendiga nuestra mente y nos libre de pensamientos y deseos indebidos (impureza, venganza, la muerte de alguien, etc.).

CRUZ EN LOS LABIOS
Después realizamos otra cruz sobre nuestros labios diciendo: “de nuestros enemigos”. Signarnos la boca, es pedirle a Dios que bendiga nuestros labios y nos ayude a evitar palabras ociosas (malas palabras o palabrotas, como decimos; críticas, calumnias, maledicencias, etc.).

CRUZ EN EL PECHO
Otra pequeña cruz la hacemos sobre nuestro pecho diciendo: “líbranos Señor, Dios nuestro”. Con estas palabras pedimos una ayuda divina que nos guarde y nos proteja de todo mal, aludiendo a la cruz y reconociendo que tenemos un único Dios y Señor. Signarnos el pecho con la cruz, es para pedirle a Dios que bendiga nuestro corazón y así evitar las malas acciones (guardar rencor, planear un robo, odiar a alguien, etc.).

SIGNACIÓN TRINITARIA
Terminamos invocando a la Santísima Trinidad diciendo: “En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Reconocemos que hay tres personas distintas y un solo Dios verdadero, y encomendamos a Dios todas nuestras obras para que sea Él quien actué a través de nosotros. Al invocar a la Santísima Trinidad, hacemos una cruz más grande, que va desde la frente al pecho y después desde el hombro izquierdo hasta el hombro derecho. Por esta señal, sabemos que Jesucristo nos ayudará a triunfar como lo hizo Él al morir por nosotros. Así que cada vez que nos preocupe algo o tengamos algo que hacer, no se nos olvide hacer la Señal de la Cruz.
Hay futbolistas que antes de comenzar el partido se signan en nombre de la Trinidad. Llevan a Dios a la cancha y eso lo expresan con este signo. Al pasar frente a una Iglesia, también se signan frente a alguna casa de formación o cementerio. En suma, podemos decir que la Señal de la cruz es una verdadera oración, que trae como intención dirigir la mirada, el pensamiento y la acción hacia Dios. Y es al mismo tiempo, la primera parte de alguna oración más elaborada. Persignarnos o signarnos, nos da también la oportunidad de testimoniar nuestra fe cristiana, de no avergonzarnos de llamarnos, sentirnos y actuar como discípulos de Cristo en un mundo cada vez más indiferente a su plan de Salvación.

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