En una entrevista publicada el 15 de junio por The Weekly Standard, de Estados Unidos, Paglia subrayó que “cada célula del cuerpo humano permanece codificada con el género de nacimiento de uno de por vida”.
“Las ambigüedades intersexuales pueden ocurrir, pero son anomalías de desarrollo que representan una pequeñísima proporción de todos los nacimientos humanos”, precisó.
Paglia, la primera mujer en declararse lesbiana en la Universidad de Yale, desde su pensamiento feminista y ateo mantiene un discurso absolutamente contrario al “oficial” impulsado por los grupos de presión LGTBI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales) en todo el mundo.
Paglia señaló que aunque se define a sí misma como “transgénero”, pues “estuve usando trajes masculinos extravagantes desde la infancia”, señaló que se mantiene “escéptica sobre la actual ola transgénero, que creo que ha sido producida por factores psicológicos y sociológicos mucho más complicados de los que el actual discurso de género permite”.
“Además, condeno la creciente prescripción de bloqueadores de pubertad, cuyos efectos a largo plazo son desconocidos”, dijo, en referencia a los tratamientos que se aplican a niños como parte de la terapia para el cambio de sexo.
“Considero esta práctica como una violación criminal de los derechos humanos”, aseguró.
Para Paglia, es “ciertamente irónico” que los liberales “que se presentan como defensores de la ciencia cuando se trata del calentamiento global”, abandonen “toda referencia a la biología cuando se trata de género”.
“La biología ha sido programáticamente excluida de los programas de estudio de mujeres y género por casi 50 años ya”, criticó.
Por esto, lamentó, “muy pocos profesores y teóricos de los actuales estudios de género, aquí y en el extranjero, están intelectualmente o científicamente preparados para enseñar sus materias”.
La feminista lesbiana y atea destacó que “en una democracia, todos, sin importar cuán inconformistas o excéntricos, debería estar libre del acoso y el abuso. Pero, al mismo tiempo, nadie merece derechos, protecciones o derechos especiales en base a su excentricidad”.
“Rechazo la coerción de llamar a alguien ‘mujer’ u ‘hombre’ simplemente en base a su sentimiento subjetivo”, señaló.
También te puede interesar:
Intelectual de Yale lesbiana y atea: La homosexualidad no es normal https://t.co/B0uc3rWRt6
— ACI Prensa (@aciprensa) 8 de febrero de 2017
Publicar un comentario