Mons. Zani participó en el Curso sobre Exorcismo y Oración de Liberación organizado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (APRA), el Instituto Sacerdos y el Grupo de Investigación e Información Sociorreligiosa (GRIS) del 25 al 30 de octubre.
El curso tuvo como objetivo dar una respuesta concreta, profunda y profesional al tema del exorcismo, un asunto que sigue siendo actual a pesar de que con frecuencia es poco conocido.
“Es un curso multidisciplinario, pero no es para formar exorcistas. Esta conferencia difunde este tipo de temas en un mundo seco, sin formación específica. También hay sacerdotes y obispos que no tienen formación en este tema, lo que hace que un curso como este sea algo precioso y necesario”, resaltó el sacerdote.
Durante su participación en el curso, Mons. Zani señaló que en Brasil el sincretismo es una realidad y “esto ocurre por una falta de catequesis que hace que las personas mezclen los cultos afrobrasileños con el cristianismo”.
Hay “dificultad en hacer entender a la gente que Nuestra Señora no es Yemanjá (divinidad asociada al mar), que ir a un terreiro (templo de cultos afrobrasileños) no es católico”, remarcó.
El sacerdote agregó que “un producto típicamente nacional” es el umbanda, “que es el más sincretista y hay gente que ya rinde culto a elementos de la Nueva Era”.
“Esta mezcla tiene un barniz católico muy superficial”, como el uso de imágenes católicas, “pero sólo un barniz que, con el tiempo, se fue agravando. Lo que se ve es una degradación continua que diluye los conceptos de la fe católica”, afirmó.
Además, indicó que en los cultos afrobrasileños hay “una mentalidad que busca adorar a las fuerzas del mal como si fueran buenas” y remarcó que “a estos seres se les rinde el culto que iba a ser exclusivo de Dios”.
“Existe la práctica de la incorporación que ayuda a una persona a recibir estos espíritus. Todo esto facilita la aproximación del mal”, subrayó. “El sincretismo hace que la gente no se dé cuenta y piense que es normal”, agregó.
Mons. Zari indicó que “muchas veces, la persona no tiene idea de lo que realmente es; a veces, esa persona fue llevada a estos servicios por inocencia, en algunos casos, cuando aún era un niño”.
El sacerdote señaló que uno de los casos que siguió durante más tiempo fue el de una persona que, en la infancia, fue llevada por sus padres y consagrada a Umbanda.
“Esta persona tuvo problemas muy serios durante su vida”, indicó. “Ella sufrió mucho”, añadió.
Otro caso fue el de una niña de 13 años que no frecuentaba los cultos afrobrasileños, pero su madre sí, que asistía a Umbanda.
“Como querían afectar a la madre, la forma de llegar a una madre es agredir a sus hijos”, lamentó.
El exorcista aclaró que “no todas las personas que han pasado por el sincretismo necesitan exorcismo”, pero señaló que estas personas “deben hacer una renuncia formal y buscar confesión”.
El sacerdote explicó que de necesitar un rito de liberación, es necesario descartar primero otras posibles causas a los problemas por los que atraviesa la persona.
“Primero, deben examinar su propia salud física o mental, buscar un médico, que puede ser un médico general, que luego los derivará a un especialista, un psicólogo o un psiquiatra y deben someterse a una terapia. Si no es la solución o el profesional de la salud dice que no hay nada, entonces puedes sospechar y buscar un exorcista”, añadió.
Finalmente, el sacerdote señaló que “es común” que personas busquen a los exorcistas asegurando tener “algo espiritual y piensan que debería haber una solución rápida”.
“Son las ideas de la película, que están mal y crean expectativas, lo que les hace ver el exorcismo como una solución mágica”, concluyó.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI Digital.
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