Sin embargo, en medio de esta álgida situación, Verein Sterbehilfe —la Asociación Alemana de Eutanasia—, emitió una directiva que generó sorpresa en algunos medios, pues señaló que ofrecerá el suicidio asistido solo a las personas vacunadas contra el COVID-19 o que se hayan recuperado de la enfermedad.
“Las ironías del suicidio asistido nunca terminan”, señaló el diario estadounidense National Review tras la noticia. “Alemania permite el suicidio a pedido, incluida la asistencia, como un derecho constitucional fundamental. Pero ahora, debe vacunarse contra COVID antes de que un grupo de eutanasia lo ayude a suicidarse”, agregó.
El diario se refirió al reciente pronunciamiento de la justicia alemana, que en 2020 declaró en inconstitucional una ley que prohibía a médicos y asociaciones brindar el suicidio asistido, señalando que esta práctica era un derecho individual ciudadano que debía ser garantizado por la Constitución.
Por su parte, el diario británico The Spectator compartió el comunicado donde la organización alemana presenta la nueva directiva. A continuación, la declaración:
“La eutanasia y el examen preparatorio de la responsabilidad voluntaria de nuestros miembros dispuestos a morir requieren cercanía humana. Sin embargo, la cercanía humana es un requisito previo y un caldo de cultivo para la transmisión del coronavirus”, indicó Verein Sterbehilfe.
“A partir de hoy, la norma 2G se aplica en nuestra asociación, y será complementada con medidas relacionadas con la situación, como pruebas rápidas antes de encuentros en salas cerradas”, concluyó.
The Spectator explicó que la “norma 2G” se refiere a un sistema alemán que solo permite a los vacunados o recuperados (en alemán: “geimpft oder genese”) la libre circulación para actividades de ocio en el territorio.
Frente a esta situación, National Review observó con ironía la forma particular en la que la organización alemana a favor de la eutanasia llama al suicidio asistido.
“‘Encuentros cercanos en habitaciones cerradas’: qué fabuloso eufemismo alemán para el suicidio asistido. ¡A veces incluso se me escapan las palabras!”, señaló.
Eutanasia en Alemania
En Alemania, los médicos tenían permiso de administrar altas dosis de analgésicos para acelerar la muerte de sus pacientes, hasta que el 6 de noviembre de 2015 el suicidio asistido fue legalizado de forma “individual por motivos altruistas”.
No obstante, la ley también prohibió la eutanasia de “base comercial”; es decir, la muerte asistida ofrecida por asociaciones o individuos, para evitar convertir la eutanasia en un negocio.
Desde entonces, según el artículo 217 del Código Penal, todo individuo o asociación que brindaba el suicidio asistido era castigado bajo pena de cárcel o el pago de una multa. Como resultado, se dejó de ofrecer la muerte asistida en Alemania, y se inició un debate y la presión de algunos grupos sobre el tema.
El 26 de febrero de 2020, el Tribunal Superior declaró inconstitucional el párrafo del artículo 217, que penalizaba a los médicos que ofrecen el suicidio asistido a sus pacientes.
Hoy en Alemania se permite el suicidio asistido, pero se sigue prohibiendo la “eutanasia activa”; es decir, si bien se permite a los médicos aconsejar y proveer medicamentos para que sus pacientes acaben con sus vidas, se les prohíbe adminístraselos.
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