La presión de la opinión pública, generada por trabajos periodísticos (entre ellos los de Semanario) ha obligado al gobierno de Jalisco a no despegar la vista de San Pedro Itzicán y comunidades aledañas, todas del municipio de Poncitlán, donde más de 200 personas padecen enfermedades renales por la mala calidad del agua que han consumido.
El lunes 22 de mayo el gobierno de Jalisco entregó, por medio de la Secretaría de Desarrollo e Integración Social (Sedis) una camioneta para que, sin costo, traslade a quienes necesiten atención médica a sus consultas. La ampliación y mejora del centro de salud deberá esperar (hay prioridades).
El proyecto de dotar de agua potable existe pero, pequeño detalle, falta el dinero. De la idea-sugerencia de los habitantes del lugar, de fomentar un proyecto turístico que genere empleo, nada o poco se dice. Gota a gota la paciencia se agota.
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