Peripheria: Iglesia en Salida
Pbro. Lic. José Marcos
Castellón Pérez
Del miércoles 21 al viernes 23 del mes en curso se llevará a cabo, en las instalaciones del Seminario Menor de Guadalajara, la V Asamblea Diocesana de Pastoral. Esta Asamblea es un instrumento muy eficaz que concreta pastoralmente la eclesiología de comunión y participación. A ella están convocados, por parte del Sr. Arzobispo, aquellos agentes de pastoral que por algún cargo u oficio representan a un sector o alguna instancia de la Iglesia Diocesana; también son convocados los que son elegidos en sus decanatos como sus representantes. Desde la primera Asamblea el ambiente espiritual y fraterno nos hace experimentar el paso del Espíritu Santo para que como Iglesia nos vayamos transformando, de manera cada vez más transparente, en semilla del Reino de Dios.
El contenido con el que se trabaja en la Asamblea es el que se recibe de las asambleas que se realizan en las instancias eclesiales básicas (parroquias) e intermedias (decanato, vicaría), en comisiones y secciones, seminario y vida consagrada. La Vicaria Diocesana de Pastoral, una vez que lo recibe, lo sistematiza y con él se elabora el folleto que sirve como material de trabajo para los asambleístas. Desde la primera Asamblea se ha buscado guardar la fidelidad a los contenidos que se reciben, para que todos los que son representados y que no pueden asistir a la Asamblea Diocesana, vean reflejadas sus aportaciones.
Todos los que participan en la Asamblea tienen voz y voto, y los resultados son asumidos por todos para presentarlos al Sr. Arzobispo, que como cabeza de la Iglesia de Guadalajara, los escucha, los discierne y decide si se asumen o la forma concreta de asumirlos. Algunos, equiparando la Iglesia a una sociedad cualquiera, han pensado que este ejercicio es una mera democracia, pero no lo es; no se asume lo que dice la mayoría ni hay una lucha de poder para que sea una fracción ideológica la que determine los resultados. Hay un paso muy importante que marca la diferencia con el ejercicio democrático, y ese paso es el discernimiento.
El discernimiento es el momento clave, que marca la diferencia. No se busca lo que diga la mayoría sino lo que Dios nos está pidiendo para este momento, por ello se invoca de forma especial la asistencia del Espíritu Santo. Es de maravillarnos que quienes válidamente defienden su punto de vista durante los debates en equipos, terminan por renunciar a éste para abrazar el que Dios, por medio del discernimiento, está exigiendo para hacer presente su Reino. Eso no pasa en las democracias en donde se busca imponer una agenda ideológica o partidista; en la Asamblea Diocesana de Pastoral se busca hacer siempre la voluntad de Dios para que la acción de la Iglesia sea más eficaz y cumpla así la misión que Dios le ha confiado: Evangelizar.
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