Junto a él estaba el capellán de la fundación, Pbro. Andrés Ariztía de Castro, el gerente general, Edgardo Fuenzalida, y algunas de las directoras de los 21 hogares religiosos y 19 laicos.
“El espíritu del Señor quiere dar respuesta a los problemas de nuestra época a través de iniciativas que son del espíritu y que el espíritu pone en manos de cristianos, de seguidores de Jesús”, expresó monseñor Ezzati tras el encuentro fraterno.
Junto con iluminar el hecho de que la Fundación Las Rosas atiende hoy a más de 2.600 adultos mayores, el Arzobispo señaló a las religiosas que ése es su carisma, “atender al cuerpo de Cristo en esa etapa de la vida, y atenderlo no como puede hacer una institución simplemente de tipo social, sino hacerlo como Cristo quiere atender a los necesitados, a los que están al borde del camino, como buen samaritano, como buen pastor”, dijo.
“El trabajo que ustedes hacen es Evangelio puro, porque justamente lo quieren hacer de la misma manera con la cual Jesús se acerca al que sufre, al caído. Ver, conmoverse y ponerse a actuar, esa es su manera de santificarse”, agregó.
Tercera edad: una realidad social en aumento
El Arzobispo de Santiago recalcó el desafío que enfrenta hoy la sociedad chilena, ante la evidencia empírica de que la población se envejece y, tal como la Iglesia indica constantemente, “el valor de la vida es desde su concepción hasta su muerte natural”, señaló.
“El país tiene que prepararse porque la población va a tener un porcentaje de adultos mayores mucho más grande que la que ha tenido hasta ahora, y de alguna manera la acción, el estilo de vida de los hogares de Fundación Las Rosas, debieran ser como una campanilla para la sociedad entera, para que valore mucho más al adulto mayor, para que haya una preocupación pública mucho más fuerte por el adulto mayor, para que los niños y los jóvenes se eduquen en el respeto, el cariño y la acogida por el adulto mayor”, explicó.
En esa misma línea, el Pbro. Andrés Ariztía, capellán de la fundación, señaló la importancia del programa de voluntariado, que implica que casi noventa colegios incorporen la visita y la presencia de sus niños y adolescentes a los hogares, “muchos de ellos no conocieron a sus abuelos, así que tratamos de que haya una relación lo más personal posible, tenemos mucho que progresar en ese programa todavía, pero es una manera de recrear ese vínculo en que el Papa tanto ha insistido, entre los jóvenes y los viejos, como los llama él con tanto cariño. Es un granito de arena que queremos ofrecerle a usted como pastor”, añadió.
Finalmente, monseñor Ricardo Ezzati agradeció a laicos y religiosas tanto su tarea como el modo en que la realizan, entregó la bendición y fue obsequiado con un pequeño presente.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
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