Durante el rezo del Ángelus este domingo 7 de noviembre en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre definió a los 3 nuevos beatos de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos, Fray Benito de Santa Coloma, fray José Oriol de Barcelona y fray Domingo de Sant Pere de Riudebitlles, como “mártires de la fe”.
El Pontífice explicó que los 3 religiosos “fueron asesinados en el período de la persecución religiosa el pasado siglo en España, demostrando que fueron mansos y valientes testigos de Cristo. Que su ejemplo ayude a los cristianos de hoy a permanecer fieles a su vocación, también en los momentos de prueba”.
Durante la ceremonia, el postulador de la causa recordó que “36 hermanos de Cataluña fueron sacrificados en odio a la fe”. Tras esta beatificación, 29 de ellos ya han sido beatificados.
Por su parte, el Cardenal Semeraro anunció que la festividad de estos tres religiosos capuchinos se celebrará el 6 de noviembre en los lugares establecidos puedan ser celebrados y venerados.
El Cardenal Semeraro explicó que “cuando estalló la Guerra Civil, y el convento en el que vivían fue devastado por los milicianos, ellos en obediencia a las indicaciones de los superiores religiosos buscaron refugio y lo encontraron, sin embargo, fueron buscados y pronto capturados. Después fueron sometidos a golpes y humillaciones”, e incluso al P. Pere “lo incitaron a blasfemar y renegar de su fe en Cristo, sin conseguirlo”.
“Los tres fueron ejecutados sin proceso, solo porque eran cristianos”, destacó el Cardenal Semeraro y apuntó que la historia de estos tres nuevos beatos “se asemeja a la de todos los demás mártires, siendo una historia que se ha repetido durante siglos hasta hoy en la Historia de la Iglesia y que siempre singular, porque cada uno es ante Dios único e irrepetible”, afirmó el Cardenal en su homilía.
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