En sus palabras de agradecimiento y fiel a su estilo humilde, señaló que a su juicio, otras personas merecían más el reconocimiento que él, pero que lo tomaba como un incentivo para seguir ayudando a las personas que lo necesitan.
De manera muy breve relató sus años en Bélgica, su país natal y sus inicios en la senda de defender lo que consideraba justo, etapa que comenzó cuando estudiaba en la Universidad de Lovaina.
Con respecto a Chile hizo referencia a su servicio en la cárcel de hombres en Talca, "ahí uno ve diariamente que siguen sucediendo tremendos atropellos a la dignidad de las personas, están privados de libertad, pero a un interno le roban tantos otros derechos, derechos a una buena atención médica, a la vida familiar, a la educación, al trabajo, ha habido algunas mejoras pero muy pocas".
"Muchas veces uno siente mucha impotencia frente a los abusos, ante el maltrato psicológicos, los allanamientos, tanto de los internos como el tratamiento que les hacen a los familiares y a las mujeres sobre todo que quieren visitar a sus seres queridos, hay un tema, toda una lucha que dar. Sobre todo que no hay una fiscalización de lo que sucede dentro de la cárcel, la población es invisible, pero también son hermanos y hermanas nuestras, también son personas y uno descubre en ellos tantos dones, tantos talentos, tantos buenos sentimientos y pensamientos".
Concluyó su intervención extendiendo una invitación a todos los presentes para "ir al encuentro de los grupos excluidos, no tenerles miedo, no dejarse influenciar por tantos prejuicios, dejarse afectar por el sufrimiento del otro y hacerse cargo, no pasar de largo y seguir indiferentes".
Fuente: Comunicaciones UCM – Comunicaciones Talca
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