Vivir en la pantalla

Para vivir el Año de la Fe:

Contenidos de la Dirección Espiritual (II)


Pongo a su consideración los 5 últimos Temas del Curso en Línea sobre Dirección Espiritual que ofreció el Portal Catholic.net en 2010. Son notas del Padre Pedro Mereu, con audios de cada Conferencia.


TEMA 6: Ascesis progresiva de la Dirección Espiritual
Todos los cristianos estamos llamados a la perfección evangélica, es decir, a la santidad. Aquí se proponen los medios específicos para conseguir dicho cometido, pues una espiritualidad que no lleva a la perfección es una falsa espiritualidad.


TEMA 7: Discernimiento

En la vida, siempre se nos presentan dilemas: ¿Qué puedo hacer? ¿Qué debo hacer? Para el no creyente o la persona con poca Fe, la decisión suele basarse únicamente en la razón, pesando los pros y los contras de las opciones, o en la intuición, fruto muchas veces de las emociones, caprichos o preferencias. Sin embargo, para quien posee una Fe viva y operante, la pregunta «¿Qué debo hacer?» se convierte en: ¿Cuál es la Voluntad de Dios para mí en esta situación? ¿Qué quiere Jesucristo? Es cuando entra el discernimiento de espíritus. Por ello, se explica el conocimiento de los diversos espíritus; la fenomenología de las mociones interiores; el modo habitual de proceder de los espíritus; algunas indicaciones para discernir mociones concretas, y se sugiere el modo de comportarse ante uno y otro espíritu.


TEMA 8: La madurez vocacional, y vocación universal a la santidad
Se presentan los siguientes contenidos:

La vocación a la santidad.

Santificación de los Laicos: Matrimonio y trabajo. La renovación del orden temporal. Buscar la santidad en el mundo. Libres del mundo. Las tentaciones de la vida en el mundo. El Bien dificultado y el Mal facilitado. La armadura de Dios. Caminar rectamente por caminos torcidos. Rectificar los caminos torcidos. Por sus frutos los conoceréis. Renuncia final de los Laicos al mundo: Plenitud de la vocación cristiana. Y un apéndice: El discernimiento de las vocaciones.


TEMA 9: Enfermedades del espíritu
Este Tema ayuda a conocer las enfermedades de nuestro interior, como son la tibieza espiritual o la mediocridad espiritual (acedia), así como algunas enfermedades físicas y psicológicas.

Ejemplos de la tibieza espiritual: Denota un «envejecimiento», como que algo se marchita. Hay una «relajación», necesidad de satisfacción inferior, junto con pesadez y desgano para la oración, y soledad espiritual con aburrimiento y visión práctica, utilitaria y activista de la vida. Ante el menor pretexto se suprime la oración: Dios y sus cosas están en un segundo lugar. En la oración, cuando se hace, falta la preparación, se nota irreverencia, se languidece con aburrimiento y voluntarias distracciones; se advierte disipación continua, ligereza de corazón y de sentidos, horror a entrar dentro de sí mismo. El sacrificio queda casi completamente descartado. Se actúa sin reflexión, por pasión y por respetos humanos, dando preferencia a la vanidad, a la sensualidad y al amor propio.


TEMA 10: El programa de vida

He aquí lineamientos para un buen programa de vida espiritual con meta a la santidad. Un ejemplo sencillo:

Programa de vida basado en la virtud de la humildad.

IDEAL: Cristo humilde.

LEMA: “Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo”.

VIRTUD A CONSEGUIR: Humildad.

DEFECTO: Orgullo.

MANIFESTACIONES: Hago juicios temerarios; no saludo; no sé ofrecer disculpas; soy autosuficiente; me rebelo a lo que dice mi responsable; quiero tener siempre la razón; me alejo de la Confesión.


MEDIOS GENERALES:

1- Cultivo de la vida de Gracia, sabiendo que sin Él nada puedo.

2- Apertura a los demás.

3- Caridad, de juicio y de palabra.


PROGRAMA: (Medios concretos)

a) Con Dios

• Me confesaré cada 15 días, recordando que Jesucristo me ama, me perdona y me ayuda a ser mejor.

• Cuando esté a punto de rebelarme, repetiré mi Lema para serenarme y aceptar indicaciones.

b) Con los demás

• En los trabajos de equipo buscaré aceptar la opinión de los demás y me sumaré a sus iniciativas.

• Pediré perdón cuando haya sido brusco.

• Buscaré una cualidad en los demás cada vez que me resalte un defecto.

c) En mi formación humana

• Haré cuidadosos balances en la noche, reconociendo en mi conciencia lo que no estuvo bien, y haré un propósito para el día siguiente.


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