Muy honrosa y motivante visita
¿Quiénes somos para que la Madre de Nuestro Señor venga a vernos?
José Antonio Larios Suárez, 4º de Teología
El viernes 13 de septiembre, la venerada imagen de Nuestra Señora de Zapopan engalanó con su maternal y soberana presencia “el Corazón de la Diócesis”, como se llama a la Casa donde se forman los futuros Sacerdotes. En punto de las cinco de la tarde fue recibida en la Calle de San José, a su cruce con la Avenida Chapalita, por el Vicerrector de nuestro Seminario, el Padre José Guadalupe Miranda Martínez, acompañado por los Padres Formadores, los seminaristas mayores y menores, así como por algunos fieles de la Colonia Chapalita que residen cerca de nosotros y que son atendidos pastoralmente por el Seminario.
Desde antes del arribo de “La Generala”, el entusiasmo era palpable en los rostros de todos los que esperábamos esta visita; la Banda de Música del Seminario de Guadalajara, al llenar el ambiente con sus melodías, alegraba el corazón de todos los presentes, que estábamos deseosos de ver de cerca a La Llena de Gracia y Patrona de nuestra Iglesia Arquidiocesana.
De la euforia al recogimiento
Al llegar, fue aclamada con cantos, porras y alabanzas, al tiempo que las campanas de la Capilla repicaban anunciando la visita más esperada del año. Y tras un breve recorrido, la imagen ingresó a la Capilla, siendo colocada en el Altar de la Celebración, mientras la Schola Cantorum entonaba la Solemne “Salve, Regina”. Posteriormente, la imagen fue colocada en un Altar sencillo pero preparado con mucho cariño, y acto seguido dio inicio la Celebración Eucarística, presidida por el Padre Jorge Manuel García Rivera, Prefecto General del Seminario Menor, y concelebrada por todos los Sacerdotes Formadores del propio Seminario Menor.
Ya al declinar el día, los seminaristas mayores nos dimos cita en la Capilla para rezar solemnemente el Santo Rosario; allí, el Presbítero José Luis Gutiérrez Flores nos dirigió una predicación mariana con motivo de tan anhelada Huésped. Terminado el Rosario, se quemó un castillo, al tiempo que la Banda del Seminario interpretaba alegres composiciones. Posteriormente, pasamos a la Capilla para rezar las últimas oraciones y despedirnos esa noche de nuestra Madre Santísima.
Al día siguiente, en punto de las 6.15 a.m. se cantaron “Las Mañanitas” a la “Reina de Jalisco”, como también entonamos la oración matutina oficial de la Iglesia: los Laudes. A las 8.30 a.m. dio inicio la Celebración Eucarística, presidida por nuestro Padre Vicerrector, José Guadalupe Miranda, siendo concelebrada por los Padres Formadores del Seminario Mayor, y al término de la cual la venerada imagen de La Zapopana recorrió en peregrinación los principales lugares de nuestra Casa, mientras recitábamos el Santo Rosario, haciendo tres breves visitas a otros tantos Altares, colocados, uno, en el jardín de Filosofía; otro, en el jardín de Teología, y el último en el patio central, donde se entonó La Salve y se impartió la Bendición para, finalmente, despedir la imagen.
De especial significado
Para nosotros, esta visita ha sido, como siempre, muy importante, ya que nos alienta y motiva a ser mejores discípulos de Cristo, a ejemplo de María. También, porque a Ella encomendamos nuestra vocación sacerdotal, ya que la Virgen fue la formadora de Cristo Sumo y Eterno Sacerdote, que nos ha llamado a participar -en un futuro- de su Sacerdocio.
Providencialmente, en esta ocasión la recibimos al principio del año escolar, lo cual ha servido para dedicarle este nuevo ciclo de formación y empeñarnos para que en esta etapa el Señor nos conceda lograr una mayor configuración con Cristo, el Hijo Eterno de la siempre Virgen María.
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