Con todo fervor y entusiasmo comenzó la Fiesta de La Candelaria 2014.

Con misas desde las 6 de la mañana comenzaron las actividades de la Fiesta de La Candelaria 2014. Misas que, como es habitual, convocaron a gran cantidad de fieles al interior del templo mariano. Por la tarde, en la tradicional novena los fieles contemplaron los misterios de la luz.

En el altar se encontraba el Obispo, Monseñor Gaspar Quintana, que preparó la catequesis sobre la exhortación del Papa Francisco “El gozo del evangelio”. Pero esta vez no fue el Obispo quien se dirigió a la asamblea, pues se encuentra con una afección a las cuerdas vocales que lo tienen impedido de hablar. En su lugar, el Vicario General y Pastoral, Pbro. Alejandro Castillo Camblor, leyó el texto del Obispo, en el que destacó las palabras del Papa y también se orientó a la familia como gran interlocutora de la Misión Territorial.


Luego, el matrimonio compuesto por Juan y Elisabeth entregó su testimonio de vida en común tras 29 años juntos, destacando la importancia de la presencia de Jesús en los momentos de alegría y de dolor, y de la formación en los distintos momentos de su compromiso eclesial.


El lema de la fiesta, un desafío para las familias


La misa de las 20 horas fue presidida por el P. Alejandro Castillo. En su homilía, el sacerdote quiso centrarse en el lema de la fiesta 2014: “Cultivemos en familia la semilla del amor al estilo de María, según el plan de Señor”. De esta forma, el P. Alejandro señaló que “la novena este año está marcada por la Misión Territorial, la gran tarea de la Iglesia chilena”. Dijo que “Este lema nos invita a cultivar en familia la semilla del amor, porque sin amor no hay relaciones humanas, es fundamental la experiencia de sentirnos amados y de amar”. Al hablar de María, subrayó que “ella sale al encuentro del otro, acompaña, sirve, cultiva el amor en relación con otros” e invitó a la asamblea a tomar este lema como un desafío para fortalecer las relaciones “en nuestro hogar, para que nuestras familias sean transmisoras de la fe”. Concluyó pidiendo a los presentes a reflexionar durante toda la fiesta, sobre el lugar que ocupa Jesús en la vida de cada cual.


En el día en que se reza especialmente por los bailes religiosos, la ofrenda fue el estandarte de la Federación de Bailes.


Después de la celebración de la eucaristía, tuvo lugar el Traslado del Cristo, procesión que transporta la imagen de Jesús en la cruz, desde su ubicación habitual en una de las paredes del patio, hasta el altar de piedra. Esta procesión se realiza en el patio del Santuario, y tiene cuatro estaciones, a cargo de hombres, mujeres, niños y jóvenes.


Fuente: Comunicaciones Copiapó



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