¡Vive la experiencia… descubre tu llamado!

Gabriela Gárate Ponce

Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de Guadalajara

Nuestra felicidad depende de la manera en que busquemos a Dios en nuestra vida; pero, más allá de la búsqueda, es esencial invitar a Dios a ser parte de nuestros proyectos y aspiraciones, y de esta manera lograremos escuchar el llamado y descubriremos nuestra vocación.

“Llamado” se traduce del verbo latino vocare, que precisamente quiere decir llamar. Cuando Dios nos creó, nos pensó y al mismo tiempo nos llamó a un estado de vida específico; por lo tanto, al hablar de llamado o vocación, no sólo se trata de pensar en el Sacerdocio Ministerial o la Vida Consagrada, sino también en discernir si Dios nos escoge para la vida matrimonial o incluso al celibato.

¿La juventud no es, acaso, la edad de la “vocación”?

La Iglesia hace la opción preferencial por los jóvenes. Y, ante tan predilecta opción, es necesario que en dicha etapa de la vida podamos llevar adelante un proceso para tomar conciencia de nuestro ser, de que Dios existe y del llamado que Él nos hace. El Señor toca a las personas, y éstas, con toda la convicción, tienen que descubrir su propio Misterio en Él.

Proceso Juvenil Vocacional

Es uno de los muchos medios o herramientas mediante el cual se invita al joven al encuentro con Jesús de manera progresiva, partiendo de su ser hasta llegar a responder a lo que está llamado a ser y a hacer.

¿Por qué en Guadalajara?

En entrevista al Coordinador de este Proceso Juvenil Vocacional en Guadalajara, Jorge Neyton Ávila Pacheco (quien es fruto de esta experiencia), nos compartió que este Proceso viene llevándose a cabo en la Diócesis de Tepic desde hace ya casi 30 años y que sigue tocando los corazones de numerosos muchachos, año con año.

Es, pues, a través del apoyo del actual Asesor de esta experiencia en la Diócesis hermana de Tepic, Presbítero José Refugio Ángel Palomera, y del Director del Seminario Menor de Tepic, Presbítero Miguel Ángel Aguirre Torres, como se logró obtener el apoyo para que esta experiencia pudiera tomar vida y crear procesos en los jóvenes de nuestra Arquidiócesis de Guadalajara.

Por ello, aquí y ahora, surge esta labor conjunta entre la Pastoral Juvenil y la Pastoral Vocacional, a través de la aprobación de quien es el Asesor Provincial de la Pastoral Vocacional, el Padre José de Jesús Apecechea Rosas, para así cumplir con el Plan Nacional de Pastoral Vocacional.

Quinto Salto: de los eventos esporádicos a los Procesos Vocacionales: sembrar, acompañar, educar, formar, discernir

El Proceso Juvenil Vocacional comienza a dar respuesta a los jóvenes con inquietudes, que han tenido una experiencia con Cristo y que están en la búsqueda o descubrimiento de su vocación.

Proceso. Es una experiencia gradual y consta de cinco etapas, pero no termina con la quinta, pues ahí concluye el medio, pero no el crecimiento.

Juvenil. Porque va dirigido a los jóvenes mayores de 17 años, a partir de la propia realidad de ellos, y el mensaje dinámico y de Fe es dando respuesta a sus inquietudes de búsqueda y el sentido a su vida.

Vocacional. El fin es llevar al joven al encuentro con Cristo para que responda al llamado desde su realidad.

Este proceso quiere conducir al hombre como un ser trascendente, como un ser vocacionado (llamado); y con esto, vale afirmar que la persona es “vocación”. No podemos negar que somos seres llamados por Dios. El hombre escucha este llamado de forma integral: con todo su ser, cuerpo y alma, porque el hombre es encarnado.

Una experiencia que marcará el rumbo de tu vida…
En las dos primeras etapas del proceso se trabaja la dimensión humana y la historia personal. La tercera etapa se realiza durante la Semana Santa, y su objetivo es el encuentro existencial con Jesucristo a través de la vivencia de la Semana Mayor en una comunidad, compartiendo su misma realidad y realizando un apostolado. La cuarta etapa es cien por ciento vocacional, y en ella se reflexiona sobre las vocaciones específicas. Y, para finalizar, la quinta etapa aborda el papel del joven dentro de la Iglesia y el mundo.

¿Qué se necesita para vivir la experiencia?

• 
  
  Artículos de aseo personal
  
  


• 
  
  Cuaderno y pluma
  
  


• 
  
  Paliacate o pañuelo
  
  


• 
  
  Slepping, cobija y almohada
  
  


• 
  
  Carta de tu Párroco, firmada y sellada, que describa que está enterado de que vivirás tu Proceso Juvenil Vocacional.
  
  

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Hay que responder a su llamado con un “Sí” incondicional y confiados, dejándonos llevar por Él.