Este miércoles 19 de marzo la Iglesia celebra la fiesta de San José, esposo de María y patrono de la Iglesia Universal. Es por eso que evocando el ambiente familiar en el que creció y se desarrolló Jesús, la directora del Colegio Parroquial San José, la sicóloga Paulina Benavente con satisfacción habla de los logros alcanzados y de los desafíos pendientes.
¿Cuál es su evaluación luego de cumplir su primer año en la dirección del establecimiento?
“Ha sido un año de mucho esfuerzo, donde hemos debido dedicar mucho tiempo y donde ha sido fundamental el trabajo en equipo. En el colegio había mucho que abordar y nosotros definimos tres ejes importantes: la pastoral, la convivencia escolar y el rendimiento académico. Sabemos que hay mucho por lograr pero estamos convencidos que en un colegio católico el centro debe ser Dios, de manera que los y las alumnas adquieran la impronta propia de nuestro proyecto educativo donde se valora al ser humano como creatura de Dios. Con todas sus cualidades y potencialidades y trabajamos para lograr el máximo de éstas”.
¿Qué destacaría de la comunidad educativa considerando que se trata de un establecimiento que se ubica en un sector periférico de la ciudad con altas demandas?
“Se trata de una comunidad educativa muy variada y eso enriquece nuestro desarrollo. Somos un colegio que atiende a una población con un alto índice de vulnerabilidad por lo que debemos estar muy atentos a las necesidades emergentes. Tenemos papás muy comprometidos pero también debemos reconocer que hay otros que no lo son, y nuestro desafío aquí es también poder llegar a ellos e incorporarlos de manera que también se sientan parte de nuestra comunidad. Nosotros entregamos una parte, pero la casa decide otra que también es esencial. Tenemos alumnos con grandes anhelos y fortalezas, debemos ayudarlos a crecer y desarrollarse de manera que sean realmente plenos y felices”.
¿Cuáles son los desafíos para este 2014?
“Afianzar el inicio de la formación técnico profesional de manera de proyectarnos y crecer hacia el futuro con otras especialidades; superarnos a nosotros mismos en nuestros resultados para alcanzar un rendimiento académico que asegure calidad a nuestros alumnos; trabajar en el compromiso integral de la familia, de manera de que ésta se sienta parte importante en el desarrollo tanto formal como emocional de sus hijos; seguir trabajando en la convivencia escolar de manera de asegurar un clima escolar sano para cada uno de los que integran nuestra comunidad; y continuar con el proyecto educativo que pensó el Padre Eloy cuando se dio cuenta de que la educación es el gran movilizador social, humano y espiritual para que las personas logremos alcanzar la felicidad”.
Fuente: Comunicaciones Chillán
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