La cultura del Verano

Ojalá fuera todo el tiempo

Desde muy corta edad, y en muy diferentes partes, a los niños y a sus papás suelen brindárseles Cursos de Verano en tiempo de vacaciones escolares acerca de distintos temas y materias, con el fin de aprovechar los lapsos de asueto.

Niña asustada DIF Jal

Lic. José de Jesús Vázquez Hernández

Muy recientemente, en la última semana del ciclo anual de clases, se observaba un bullicio en diferentes Escuelas y Dependencias Gubernamentales que se dedican a promover la Cultura en los niños y padres de familia, por lo general a través de la lectura, a escuchar a cuenta-cuentos, entre otras múltiples actividades que se programan con ese fin, y que incluyen la visitas guiadas a Museos, el Zoológico, Campamentos, etcétera.

Comenzando por desenmarañarla
La Cultura es un término difícil de definir. Hay autores que han localizado más de 60 definiciones sobre su acepción, y aun así no se ponen de acuerdo para coincidir en un concepto común; sin embargo, uno de los significados más lógicos parece ser el que hace referencia al “cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre”.
Si se acepta esta interpretación como tal, podemos afirmar que todo aquello que cultive la mente y las facultades intelectuales de las personas será interpretado como un asomo que enriquece la cultura relacionada con la civilización y el progreso, lo que le da aún mayor alcance si se incluye el deporte y la educación en todas sus áreas, como las Ciencias, las Letras, la Pintura, la Música, el Canto, la Escultura y otras expresiones.

La Lectura, algo esporádico
En ese ajetreo por proporcionar Cultura a los niños, se crean proyectos como el de la Doctora Silvia Quezada, Catedrática de la Universidad de Guadalajara y reconocida Escritora, quien, con el apoyo de la Casa de Estudios y de algunos de sus alumnos, a través de su Proyecto “Niños del Verano”, ha estado acercando la lectura a los niños de San Ignacio Cerro Gordo, el más joven de los Municipios, en la Región de Los Altos.
Y es que el gusto por la lectura ha disminuido, no solamente en los niños, sino también en los adultos. Conviene hacer notar las gratificantes ganancias que proporcionan las horas dedicadas a la lectura, pues una de las mejores cosas que un padre puede hacer por sus hijos, o un Profesor por sus alumnos, es inculcarles el maravilloso hábito de la lectura porque estimula la imaginación, desarrolla la inteligencia y enriquece el vocabulario.
He sido testigo, como ciudadano y como abuelo, de varios actos programados para proporcionar a los niños y adultos una Cultura diferente a la ordinaria que reciben en su Escuela por medio de sus Maestros y libros de texto, y les diré que tiene su grado de dificultad, pues preparar cada evento requiere el apoyo no sólo de los Docentes, sino también de los padres de familia.
En ese entorno de Cultura y despedidas de niños que terminan una etapa, observé a los niños de San Ignacio reunidos en el kiosco de la población, escuchando a “cuenta-cuentos” con el Presidente Municipal y su esposa de testigos y la Doctora Silvia Quezada coordinando. Y, en ese mismo contexto, la Escuela de mi Colonia, “Prisciliano Sánchez”, inauguró la Biblioteca y la identificó con mi nombre, cosa que me hace sentir agradecido y orgulloso, y a la vez comprometido, con la Escuela en particular, y con la Cultura en general.

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