EDITORIAL

De las Elecciones del Imperio y las esperanzas de otros pueblos

La insolente Mafalda, después de muchas décadas, ¿seguirá pensando que los Beatles podrían haber sido los mejores Presidentes del mundo? El planeta se da cuerda a sí mismo entre altercados de los pobres y ambiciones de los grandes. Pululan las muertes que envilecen al asesino a partir de las razones que presume. Los misericordiosos que trabajan por la paz, siguen siendo solitarios Quijotes en días difíciles. ¿Qué ideales llenan las aljabas de más de la mitad del orbe? ¿Ganar la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible?
Todos tenemos un espacio ideológico y, según eso, anhelamos o desechamos los escándalos mediáticos. Al presente, abunda, sí, la centralización del Poder. Se intenta excluir cualquier disidencia, mientras la política de lo cotidiano parece sólo traer deterioro económico.
Construir Gobiernos a base de revanchas, desprecios e insultos a los migrantes es la “oferta” de algunos políticos del Norte, exactamente en una Nación que, desde su nacimiento, fue construida por inmigrantes. Allá, llegó a decirse que “no hay mejor indio que el indio muerto”… hasta que alguien les paró el Alto, ya empezada la carrera de los Derechos Humanos. Ciertos discursos políticos alejan y ponen distancia de por medio entre las razas y los pueblos.
Se presumen nuevos cánones de hacer política sin ningún respeto; hay un afán grotesco de insultar, incomodar, ganar puntos en el rating de la desfachatez, vituperando las carencias de otros países, mofándose de otras idiosincrasias.
Mirando de cerca las Elecciones en Norteamérica, constatamos la innoble falta de respeto por los distintos, pues se escarnece la pobreza y aun miseria endémica de varias Naciones del Continente, y se pregona una actitud de puertas cerradas en la búsqueda de trabajo.
Por esto mismo, los Comicios estadunidenses son un desafío para medir el Poder y el futuro de los latinos. La encrucijada es oportuna, pero difícil. Hierven los insultos racistas en una geografía que se ha hecho con el sudor, la inteligencia y esfuerzo de millones de inmigrados.
¿Qué futuro le aguarda a un país en el que viven 322 millones de personas y hay, calculadoramente, 270 millones de armas en circulación? Trump, candidato, descendiente de itinerantes, es también un maestro en decir algo y luego lo contrario, con el paso de algunos días.
Pero, sin duda, las esperanzas siguen sembrándose hoy en los jóvenes. Recién ha dicho el Papa: “Deseo mucho encontrarme con ustedes para ofrecer al mundo un nuevo signo de armonía, un mosaico de rostros diferentes, de tantas razas, lenguas, pueblos y culturas, pero todos unidos en el nombre de Jesús, que es el Rostro de la Misericordia”.
Se les invitó a estar juntos “para que sean una peregrinación de Fe y de Fraternidad”. Al respecto, el Pontífice manifestó su deseo de que el Señor Jesús les conceda la Gracia de experimentar sus palabras: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán Misericordia”, Lema de esta JMJ.

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