La lujuria sucumbe donde abunda la pureza

Lupita:

Caí en el peor pecado que pueda cometerse. Nunca he sido un buen padre; el alcohol y la pornografía me hicieron bajar hasta lo más bajo que se pueda descender. Ya he dejado el vicio, pero no puedo perdonarme. Mi hijo, al que más daño le he hecho, me dijo: Opción uno, si puedes matarte, mátate; y opción 2, no vengas, porque te mato. Y yo sé que eso merezco, y más. Lo que yo hice fue manosear a mi nieta. No merezco vivir. No tengo cara para acercarme a Dios; estoy desesperado.

Javier O.

Stop Drinking Alcohol

Hermano mío, Javier:
Es desgarrador saber que los niños son dañados así. No es justo, no es bueno. Debemos erradicar este mal.
Leí recientemente un pensamiento de Blas Pascal, que puede ofrecer una respuesta audible para ti, en estos momentos de tormento: El conocimiento de Dios, sin el de la propia miseria, produce orgullo. El conocimiento de la propia miseria sin el conocimiento de Dios, produce desesperación. El conocimiento de Jesucristo es el punto medio, porque en Él encontramos tanto a Dios como a nuestra miseria.
Vuelve tu mirada a Dios, y cree en tu corazón que Él perdona y restaura. Para perdonarte a ti mismo, recurre a ayudas naturales y sobrenaturales:
+Un encuentro con Cristo Resucitado, y vida de oración (pide especialmente por tu nieta).
+Una buena Confesión.
+Castidad y sobriedad.
+Un proceso terapéutico que te acompañe en el proceso.
+Salir de ti mismo para ayudar a otros en el tema en el que tú hiciste daño.
Eres una víctima más del alcohol y la pornografía. Cuando tenemos vicios, llegan las consecuencias naturales; sentimos como que entramos a las puertas del Infierno en esta vida, y es por eso que se ha dicho que el camino al Infierno es ya el Infierno. A través de varias generaciones hemos dejado de lado la educación en las virtudes humanas, y hoy estamos pagando el alto precio de haber cometido tan grave error.
Hay Santos que, han afirmado que de entre todas las virtudes, la pureza salvará al mundo. El Apocalipsis nos revela que María Santísima aplastará la cabeza de la serpiente. ¡La Reina del Cielo y de la Tierra es la Reina de la Pureza!
Te convoco a que te conviertas en un Apóstol de la pureza. Tenemos en Dios a un Padre amoroso que ama con Misericordia infinita. Este Dios quiere sanarte e invitarte a ser servidor suyo. Le has dado la espalda al Señor por mucho tiempo, y ya has constatado que esto no trae la felicidad. Es tiempo de volverse frente a Él y caminar bajo su luz. En los Evangelios leemos los encuentros de Cristo con los pecadores, y una vez que los mira con Amor, los sana, y ellos viven para servirlo el resto de sus vidas. Ofrécele a tu Padre una vuelta a la pureza y a las virtudes, toma la mano de María Santísima y conviértete en alma reparadora. Cada mañana ofrece tu día por el bien de las almas y en reparación de tus culpas.
Requerirás un grupo de apoyo para perseverar. Existe una Organización en la que puedes hacer mucho bien; te prepararás en el tema del valor de tu cuerpo y conocerás tu dignidad humana a pesar de tus graves errores. Busca en Internet: www.apostolesdelapureza.org
“Un corazón arrepentido, Señor, Tú no lo desprecias” (Sal 51, 17)

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