El Santo Padre resaltó que “la vida siempre ha de ser acogida y protegida –ambas cosas juntas: acogida y protegida– desde la concepción hasta la muerte natural, y todos estamos llamados a respetarla y cuidarla”.
“Por otro lado, es responsabilidad del Estado, de la Iglesia y de la sociedad acompañar y ayudar concretamente quienquiera que se encuentre en situación de grave dificultad, para que nunca sienta a un hijo como una carga, sino como un don, y no se abandone a las personas más vulnerables y más pobres”.
El Papa pronunció su discurso luego de las sentidas palabras del Presidente de Polonia, Andrzej Duda, quien afirmó que la visita del Pontífice “es un evento excepcional” sobre todo “espiritual que se tiene aquí, en esta ciudad, en la ciudad de San Juan Pablo II, de Karol Wojtyla en Cracovia, la capital histórica de Polonia”.
El mandatario resaltó la importancia histórica de la ciudad de Cracovia y que en este año se celebra 1050 años del Bautismo de Polonia.
Duda resaltó luego que “la Jornada Mundial de la Juventud ocurre en Polonia (…) nos une en la fe, en la alegría, también en los momentos más difíciles de encontrar amistades, conocernos, pasar el tiempo juntos, rezar juntos, reforzar la fe juntos”.
“Su presencia aquí Santidad es lo más importante. Usted es para los jóvenes un sostén espiritual, alegría, amor y también esperanza que porta la religión cristiana de la cual recibimos el bien del que nuestro mundo tiene tanta necesidad”, dijo el Presidente al Papa.
En su discurso, el Pontífice afirmó que “es la primera vez que visito la Europa centro-oriental y me alegra comenzar por Polonia, que ha tenido entre sus hijos al inolvidable San Juan Pablo II, creador y promotor de las Jornadas Mundiales de la Juventud”.
“A la luz de su historia milenaria, invito a la nación polaca a mirar con esperanza hacia el futuro y a las cuestiones que ha de afrontar. Esta actitud favorece un clima de respeto entre todos los componentes de la sociedad, y un diálogo constructivo entre las diferentes posiciones; además, crea mejores condiciones para un crecimiento civil, económico e incluso demográfico, fomentando la confianza de ofrecer una buena vida a sus hijos”.
En efecto, continuó el Papa Francisco, “ellos no sólo deberán afrontar problemas, sino que disfrutarán de la belleza de la creación, del bien que podamos hacer y difundir, de la esperanza que sepamos infundirles”.
“De este modo, serán aún más eficaces las políticas sociales en favor de la familia, el primer y fundamental núcleo de la sociedad, para apoyar a las más débiles y las más pobres, y ayudarlas en la acogida responsable de la vida”.
El Papa resaltó luego la memoria del pueblo polaco y cómo San Juan Pablo II era un claro ejemplo de ello, para después hacer un recorrido por algunos hitos de la historia de Polonia.
Francisco señaló que “la nación polaca puede contar, como ha ocurrido a lo largo de su dilatada historia, con la colaboración de la Iglesia Católica, para que, a la luz de los principios cristianos que han inspirado y forjado la historia y la identidad de Polonia, sepa avanzar en su camino en las nuevas condiciones históricas, fiel a sus mejores tradiciones y llenos de confianza y esperanza, incluso en los momentos más difíciles”.
Para concluir el Santo Padre agradeció al Presidente y a los presentes e hizo votos para que “Nuestra Señora de Cz?stochowa bendiga y proteja a Polonia”.
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TEXTO COMPLETO: Discurso del #PapaFrancisco a las autoridades y cuerpo diplomático #Krakow2016 @jmj_es https://t.co/3XKhp1oWeP
— ACI Prensa (@aciprensa) 27 de julio de 2016
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