“Qué fiesta tan bonita para acompañar a Jesús Eucaristía, para tirarle los pétalos de nuestro cariño, para agradecerle este gran invento de la Eucaristía”, escribe el Prelado.
El Obispo explica que, de algún modo, esta fiesta recuerda el Jueves Santo, cuando al final de la Misa hay “una procesión al Monumento que subraya la presencia de Jesucristo prolongada después de la celebración. Ahora, la fiesta del Corpus lleva en procesión al Rey de los reyes, Dios mismo en persona hecho hombre y Eucaristía por nosotros”.
“Desde su trono regio, desde la custodia (qué custodias, qué ostensorios tan bonitos), Jesús va bendiciendo a todos: en nuestras calles, en nuestras plazas, entrando en nuestros hogares y en nuestros corazones”.
La fiesta del Corpus Christi, afirma Mons. Fernández, “nos trae esa compañía tan consoladora de Jesucristo cercano, amigo, que recorre nuestro camino para acompañarnos, para que podamos compartir con él nuestras preocupaciones y podamos sentir el consuelo de un amigo que siempre está ahí”.
El Obispo subrayó la necesidad de fomentar la adoración eucarística: “Cómo serena el alma esa presencia, cómo enciende el corazón en el amor de su Corazón, cómo se desvanecen tantas preocupaciones y angustias con tan buen amigo presente. No acabaremos nunca de darle gracias por este precioso regalo de la Eucaristía”, resaltó.
La Eucaristía, explicó, recuerda que cada uno también debe entregar la propia vida como Cristo. En este sacramento “se fragua el amor cristiano, que se desborda en la caridad hacia los hermanos. Comulgar con Cristo nos lleva a comulgar con los hermanos, nos lleva a entregar nuestra vida en favor de los demás, como ha hecho Jesucristo”.
“Por eso, en esta fecha tan señalada se nos recuerda el compromiso cristiano de la caridad para con los demás. Coincidiendo con la fiesta del Corpus, celebramos el Día de Cáritas, como una llamada y una provocación al ejercicio del amor fraterno”.
Tras agradecer a los que sirven con amor en Cáritas, Mons. Fernández subrayó que en su diócesis hay 1700 voluntarios en 168 Cáritas parroquiales que atienden a 130 mil personas, 30 mil familias y se invierte en ellos 5,5 millones de euros procedentes de la caridad de los fieles.
“Si Cáritas no existiera, habría que fundarla. Es la caridad organizada de la Iglesia Católica. Gracias a todos los que colaboráis con Cáritas, haciendo visible el rostro más amable de la Iglesia”, concluyó.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 3 de junio de 2017
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