El borrador, titulado “El Misterio de la Eucaristía en la vida de la Iglesia”, fue obtenido por CNA, agencia en inglés del Grupo ACI, el 2 de noviembre. La fecha del texto es el 24 de septiembre de 2021.
Las dos secciones que componen el borrador son “El don”, que se centra en la Eucaristía como un don del Señor a través de su encarnación, muerte y resurrección; y “Nuestra respuesta”, que se centra en la gratitud por el don de la Eucaristía, el rol de los laicos en la recepción del sacramento y la importancia de la Eucaristía para la conversión.
“Cuando recibimos la Santa Comunión, Cristo se nos da a sí mismo. Él viene a todos nosotros humildemente, como vino a nosotros en la Encarnación, para que podamos recibirlo y ser uno con Él”, afirma el texto.
“Cristo se da a sí mismo para que podamos seguir el camino de peregrinos hacia la vida con él en la plenitud del Reino de Dios”, agrega.
Lo que está claramente ausente en el borrador de 26 páginas es cualquier tipo de criterio sobre cuándo negar la Eucaristía a un católico.
Durante la asamblea de primavera de 2021 de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), hubo un intenso debate entre los prelados respecto a si se debía siquiera redactar un borrador del documento.
Luego de varias horas de debate, los obispos votaron por 168 votos a 55 para proceder con la redacción del texto.
En ese momento los medios especularon que el documento iba a servir como una “reprimenda” para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Biden, católico, ha expresado públicamente su postura a favor del aborto y ha afirmado que considera que esta práctica debe estar disponible para las madres durante todo el embarazo.
En la campaña electoral de 2020 y tras varias décadas de apoyo a la enmienda Hyde, una norma que impide el uso de fondos públicos para pagar abortos, Biden cambió su postura en el lapso de solo 24 horas.
El Catecismo de la Iglesia Católica establece que “la vida humana debe ser respetada y protegida absolutamente desde el momento de la concepción”.
El documento sobre la Eucaristía sí explica las diferencias entre los pecados graves o mortales y los veniales o leves; y precisa que un católico en pecado mortal no debe recibir la Eucaristía sino hasta que se haya confesado y recibido la absolución.
“Como la Iglesia ha enseñado claramente, una persona que recibe la Santa Comunión en pecado mortal no solo no recibe la gracia del sacramento, sino que comete el pecado de sacrilegio al no mostrar el respeto debido al Cuerpo y la Sangre de Cristo”, explica el documento.
El texto también indica que “la recepción de la Santa Comunión permite la comunión de la persona con la Iglesia en esta dimensión visible” y recuerda lo señalado en un documento de los obispos de 2006 sobre los católicos y la vida pública.
“Si un católico en su vida personal o profesional rechaza las doctrinas de la Iglesia, conociéndolas y de modo obstinado; o las repudia de esta forma en asuntos morales; entonces disminuye su comunión con la Iglesia”, refiere el borrador recordando lo afirmado en 2006.
“La recepción de la Santa Comunión”, indica el texto, “no estaría de acuerdo con la celebración eucarística, y por lo tanto el católico debería abstenerse”.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA
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