Entrevistado por la agencia AsiaNews, el padre Cereda exhortó a “cultivar la esperanza a través de la oración” porque “sabemos que está todavía vivo”, como lo declaró recientemente monseñor Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia meridional.
Monseñor Hinder había afirmado que el padre Tom “estaba vivo” y especuló sobre un “inminente” retorno a la libertad, pero el optimismo inicial disminuyó con el transcurrir de las horas y la falta de ulteriores desarrollos positivos.
Por el momento no están previstas otras jornadas de oración, pero la Familia salesiana continúa recordando al sacerdote raptado en Yemen en muchas celebraciones, vigilias, misas. “Cada jueves a la tarde -dijo el padre Cereda- en la casa generalicia aquí en Roma, celebramos la adoración eucarística con esta intención particular. Durante un reciente encuentro en Malta celebramos una misa por su liberación”.
El trabajo diplomático, concluyó el vicario del Rector mayor de los Salesianos, “está confiado a monseñor Hinder. Nosotros contribuimos con la oración y el recuerdo. En estos días, en concomitancia con los dos meses del secuestro, enviamos una carta al hermano del padre Tom, como signo de cercanía con la familia y de esperanza para su inminente liberación. Hasta que no haya noticias negativas, es necesario esperar y rezar”, concluyó.
Desde el 4 de marzo, el padre Tom está en manos de un grupo yihadista, que asaltó un asilo de ancianos y enfermos de las Misioneras de la caridad de la Madre Teresa de Adén, en Yemen. En el ataque fueron asesinadas cuatro hermanas y otras doce personas, que estaban presentes en el interior de la casa. Hasta ahora no hay noticias ciertas sobre la suerte del sacerdote de cincuenta y seis años, que nació en Ramapuram, cerca de Pala (Kottavam, Kerala), en una familia de gran fe católica. Su tío, que murió el año pasado, también sacerdote salesiano, fue el fundador de la misión en Yemen. El padre Tom se encontraba en el país árabe desde hacía cuatro años.+

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