Muestra Histórica de los Años Jubilares

En Documentos Vaticanos

Rebeca Ortega Camacho

La Oficina de Peregrinaciones de la Diócesis de Roma, en Italia, organiza una exhibición de antiguos documentos relacionados con los Jubileos en la Iglesia desde el año 1300, con la intención de promover una mirada histórica al actual Año de la Misericordia.

Peregrinatio Sancta
Las “Bulas de Jubileos de los Archivos Secretos del Vaticano” es el nombre de la Exposición de las Bulas Papales de convocatoria de los Años Jubilares entre 1300 y 2000; un evento a cargo de la Opera Romana Pellegrinaggi.
Estos documentos no suelen estar disponibles al público y se restringen a profesionales expertos y especialistas dedicados a la conservación, que trabajan con los Archivos Secretos del Vaticano.
La Exposición también cuenta con Bulas de los archivos de las Cartas de San Pedro guardadas en la Biblioteca del Vaticano, así como los llamados “incunables” -libros impresos antes del año 1500- almacenados en la Biblioteca Casanatense.
La Muestra, que fue inaugurada el 3 de mayo y permanecerá hasta al 31 de julio en la Sala Palazzo del Vicariato Vecchio, también contiene textos explicativos en inglés e italiano sobre el contexto histórico de cada Año Jubilar.

Las Bulas Papales
Son un tipo de Carta cuyo nombre se debe al sello de plomo, o ‘bulla’, que se les adjunta para verificar su autenticidad.
Históricamente, ha sido mediante estos Documentos como se ha convocado los Años Jubilares. Los Jubileos tienen raíces bíblicas, precisamente en vigencia de la Ley de Moisés, cuando se estableció que los Años Jubilares tendrían lugar cada 50 años, como muestra de la Misericordia de Dios por la liberación de los esclavos y el perdón de las deudas.
Fue en el año 1300 cuando el Papa Bonifacio VIII reestableció formalmente esta práctica, y los peregrinos que llegaban a Roma (‘romeros’) obtenían la Indulgencia Plenaria bajo las condiciones habituales. Entre los años 1300 y 2000 se celebraron 29 Años Jubilares en Roma.
El Papa Francisco convocó el Jubileo de la Misericordia, un Año Santo Extraordinario que comenzó el 8 de diciembre de 2015, en la Solemnidad de La Inmaculada Concepción, y concluirá el 20 de noviembre de 2016, en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
El Santo Padre inauguró oficialmente el Jubileo de la Misericordia cuando abrió la Puerta Santa de la Patriarcal Basílica de San Pedro, en El Vaticano.
Los peregrinos que pasan por ella -que sólo se abre durante los años de Jubileo, normalmente cada 25 años o cuando un Papa llama a un Jubileo Extraordinario- pueden obtener una Indulgencia Plenaria siguiendo las condiciones habituales, como la Confesión Sacramental ante un Sacerdote y haciendo oración por las intenciones del Papa (Con información de ACI Prensa).

Oración para el Jubileo de la Misericordia

Señor Jesucristo, Tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del Cielo, y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la Salvación.
Tu mirada, llena de Amor, liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena, de buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: ‘¡Si conocieras el don de Dios!’
Tú eres el Rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta su Omnipotencia, sobre todo con el Perdón y la Misericordia:
Haz que, en el mundo, la Iglesia sea el Rostro visible de Ti, su Señor, Resucitado y Glorioso.
Tú has querido que también tus Ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: Haz que, quien se acerque a uno de ellos, se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción, para que el Jubileo de la Misericordia sea un Año de Gracia del Señor, y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos, y restituir la vista a los ciegos.
Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, a Ti, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.