Tuvo como tema “La aceptación de la enfermedad” y contó con la presencia de distinguidos profesionales.
La presentación estuvo a cargo del coordinador de la Comisión de Pastoral Castrense de la Salud, monseñor Luis Eugenio Ferrari, y del director general de Sanidad del Ejército, general de brigada Luis María Pucheta, junto al director de Sanidad de la Armada, contraalmirante médico Oscar Vivas.
Monseñor Pedro Candia, administrador diocesano del obispado castrense, dio la bienvenida en la apertura de la jornada y explicó que para el cristianismo, la aceptación de la enfermedad es un tema de gran trascendencia.
“La enfermedad que limita al hombre ha venido a ser una participación de la Pasión y de los sufrimientos del mismo Cristo; y así ha adquirido un carácter salvífico y penitencial”, expresó.
También, explicó que “el dolor y la enfermedad no estaban presentes antes del pecado original y han resultado ser una consecuencia del mismo” y que Cristo nos muestra de qué manera se debe atender a los enfermos: tanto en el plano físico, con la ayuda inestimable de las ciencias médicas, como también en el plano espiritual y de la gracia a través de la enseñanza de la doctrina y de la vida cristiana, que es la que da verdadera y profunda respuesta a este problema.
“La aceptación de los sufrimientos y el tomar la cruz de cada día, son aspectos de la llamada ‘conversión’, a la que siempre llama Nuestro Señor en la proclamación de su Buena Noticia, que es el Evangelio”, afirmó.
“A veces Dios puede parecer ausente, y su omnipotencia puede quedar en duda. Sin embargo la fuerza de Dios se ha mostrado en la debilidad de la muerte redentora de su Hijo Jesucristo… pero especialmente en la resurrección de Cristo es donde el Padre desplegó el poder de su fuerza. La misma muerte ha sido vencida y la gracia de Dios ha venido a la humanidad”, aseveró.
Afirmó que la enfermedad y el dolor resultantes del pecado del hombre también fueron vencidos “porque al hombre se le ha dado la posibilidad de vivir estas realidades en estado de gracia y unido así a Cristo”.
Asimismo, “por el sacramento de la unción de los enfermos el fiel recibe la fuerza y el don de unirse más íntimamente a la Pasión de Cristo: en cierta manera es consagrado para dar fruto por su configuración con la Pasión redentora del Salvador”, dijo.
Por lo tanto, “el sufrimiento, secuela del pecado original, recibe un sentido nuevo, viene a ser participación en la obra salvífica de Jesús”, concluyó el prelado.
Estuvieron presentes el presbítero Patricio Walker, capellán castrense del Hospital Militar Campo de Mayo; el presbítero Alberto Luna, capellán castrense del Hospital Naval Buenos Aires; el presbítero Luis Ioele, capellán castrense del Hospital Aeronáutico Central; el presbítero Antonio Lepore, capellán castrense del Hospital Militar Central y la Hermana Natividad, superiora de la comunidad del mismo centro de salud.+

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