Ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro y después de haber celebrado la Misa en la Basílica Vaticana con más de dos mil pobres, el Santo Padre señaló que la Jornada Mundial de los Pobres surgió “como fruto del Jubileo de la Misericordia” que se realizó del 8 de diciembre de 2015 al 20 de noviembre de 2016.
En esta línea, el Papa señaló que el tema de la V Jornada Mundial de los Pobres son las palabras de Jesús: “A los pobres los tienen siempre con ustedes”.
“Y es verdad: la humanidad progresa, se desarrolla, pero los pobres están siempre con nosotros, siempre hay pobres, y en ellos está presente Cristo, en los pobres está presente Cristo”, advirtió el Papa.
Además, el Santo Padre recordó que el pasado viernes 12 de noviembre visitó Asís en donde en la Basílica de Santa María de los Ángeles “vivimos un momento fuerte de testimonio y oración, que les invito a retomar, les hará bien”.
En esa ocasión, el Papa rezó en silencio en la Porciúncula y después escuchó con atención diferentes testimonios de personas de diferentes nacionalidades, las historias fueron intercaladas por cantos.
El primer testimonio fue en lengua francesa, en el que un matrimonio joven de París con su bebé contó al Papa cómo se conocieron y que realizan una misión en familia.
El segundo testimonio fue en español. Sebastián del Valle dijo que nació en Palma de Mallorca, y actualmente vive en Toledo. Relató que de pequeño creció en una familia católica y tenía mucha devoción al Rosario. Luego, se alejó de Dios y cometió algunos delitos por lo que estuvo en la cárcel.
Tras salir de prisión se quedó solo, sin empleo y varias semanas vivió en la calle hasta que un párroco de un pueblo de Toledo lo recibió en un centro de Cáritas durante el confinamiento y se volvió a acercar a Dios. Sebastián se conmovió y se puso a llorar varias veces.
El tercero fue en francés y relató que creció en una familia y ambiente ateo y que de adulto encontró al Señor y se bautizó.
El cuarto testimonio fue en polaco, un joven de 37 años narró que cayó en la droga y alcohol a los 16 años y que desde 2007 vive en la calle.
El quinto testimonio fue de Farzaneh una joven refugiada de Afganistán que relató las dificultades actuales en el país y agradeció la acogida en Italia.
Luego, una pareja de ancianos de Afganistán que ahora vive en Italia contó su historia de migración forzada y el triste asesinato de uno de sus hijos por los talibanes.
El último testimonio fue de una mujer en silla de ruedas de 43 años que nació en Rumania. Dijo que llegó a Italia hace 15 años. Inicialmente en 2006 para cuidar a unos ancianos, tuvo que dejar dos hijos pequeños con su esposo, pero en 2008 murió su esposo y regresó a su país natal, pero después de la muerte de su esposo volvió a Italia con sus dos hijos, y relató cómo empezó su enfermedad, que ha tenido más de diez operaciones, los fuertes dolores, que perdió el trabajo y que no ha sido sencillo.
Después de los testimonios, el Santo Padre pronunció un discurso en el cual animó a “que este encuentro abra los corazones de todos nosotros para ponernos a disposición de los demás; que abra nuestros corazones para hacer de nuestras debilidades una fuerza que nos ayude a seguir en el camino de la vida, para transformar nuestra pobreza en una riqueza a compartir, y así mejorar el mundo”.
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