El Santo Padre cumplió esta tradición tras celebrar la Misa por los Fieles Difuntos en el Cementerio Militar de Francia este martes 2 de noviembre.
El Papa Francisco suele descender a las grutas vaticanas con frecuencia para rezar ante las tumbas de sus predecesores. La primera vez que visitó las grutas en su Pontificado fue el 1 de abril de 2013, lunes de Pascua, cuando descendió para homenajear a Benedicto XV, Pío XI, Pío XII, Pablo VI y Juan Pablo II, después de haber rezado ante la tumba de San Pedro.
En esta ocasión, el Papa rezó también ante la tumba del primer Papa y, a continuación, rezó ante las tumbas de Pablo VI, Juan Pablo I, Pío XII y Pío XI, además de rezar brevemente ante el mosaico de la Virgen de Guadalupe situado en el acceso a las grutas.
Las grutas vaticanas son una serie de galerías que se extienden a tres metros de profundidad bajo el pavimento de la Basílica de San Pedro y encima de la necrópolis romana imperial en la que está enterrado San Pedro.
Las grutas se distribuyen entre el altar mayor y la mitad de la nave central de la Basílica, en un espacio vacío que quedó tras la destrucción de la basílica constantiniana del siglo IV para la construcción de la actual.
Las grutas se estructuran como una iglesia con un altar principal y varias capillas laterales. En ellas se encuentran las tumbas de varios de los Pontífices de la Iglesia, aunque no de todos. Muchos, como Juan Pablo II o Juan XIII, están en la nave principal de la Basílica de San Pedro.
Otros, están en distintas iglesias de Roma. León XIII, por ejemplo, está enterrado en la Basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma. La tumba de Pío IX, por su parte, está en la Basílica de San Lorenzo Extramuros.
La tumba del Apóstol San Pedro ocupa el lugar central: bajo el baldaquino de Bernini y la cúpula de Miguel Ángel, y es también accesible desde la nave principal de la Basílica.
Nota traducida y adaptada por Miguel Pérez Pichel. Publicada en ACI Stampa.
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