Doña Juana Ross fue en su tiempo la “madre de los pobres, ancianos y enfermos”. A la muerte de su marido, don Agustín Edwards Ossandón, hizo voto de pobreza, vistió para siempre de negro y dedicó toda su inteligencia y dotes personales a administrar su inmensa fortuna en favor de obras de bien, especialmente en nuestra región. Inteligentemente fue entregando todos sus bienes a los pobres, creando numerosas instituciones, muchas de las cuales aún subsisten, en favor de los más necesitados.
Entregó su palacio (que ocupaba la manzana donde hoy está la Catedral) y una cantidad de dinero para construir un templo en honor a la Virgen del Carmen, que es nuestra actual Iglesia Catedral. En la cripta de dicho templo está sepultada ella junto a su esposo.
Se invita a toda la comunidad diocesana a participar en esta Eucaristía y especialmente a las muchas Instituciones fundadas o favorecidas por doña Juana Ross, especialmente a los Establecimientos Educacionales.
Fuente: Comunicaciones de Valparaíso
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