Monseñor Ricardo Ezzati: “Dios vive en la ciudad de Santiago”

Cientos de feligreses, comunidades jóvenes, religiosas y autoridades civiles, reunidos en la Iglesia Catedral, esperaban ansiosos el comienzo de la celebración del Apóstol Santiago, patrono de nuestra ciudad, que este año de la Fe coincidía con el aniversario 452 de la Iglesia de la capital.

Acompañado por el Obispo Auxiliar, monseñor Pedro Ossandón, el Canciller, Pbro. Oscar Muñoz Toledo, el Vicario General de Pastoral, monseñor Héctor Gallardo y el Nuncio Apostólico, monseñor Ivo Scapolo, la eucaristía fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati Andrello.


“Creemos que Dios vive en la ciudad de Santiago”, dijo el Arzobispo en su homilía. “Deber nuestro es ser testigos creíbles de su presencia con la proclamación de la palabra, la comunión fraterna, la celebración de su misterio y el servicio a los más pobres y desposeídos”.


Una Catedral Metropolitana colmada y en devoto silencio escuchó las palabras que provenientes del presbiterio, palabras que recordaban la aventura de la fe del Apóstol Santiago: “Jesús irrumpe en la vida de Santiago con un llamado que pide un cambio total de perspectivas, que implica una total y progresiva conversión a los criterios del maestro y la adhesión a una fecundidad que escapaba totalmente a sus cálculos humanos”, expresó el Pastor de la ciudad. “No será el poder, sino el servicio; no será ocupar los primeros lugares, sino hacerse servidores de los últimos, a ejemplo del maestro que no sabe dónde reclinar la cabeza, que ha venido para servir, no para ser servido”.


Tras ello, monseñor Ezzati se refirió a “nuestra ciudad inquieta”, enumerando algunos de las dolencias que la aquejan: la violencia en todas sus formas, la mala calidad de vida, el empleo mal pagado, la discriminación a los migrantes, el flagelo de la droga y el deficiente sistema carcelario, “son las periferias ambientales y culturales de Santiago, a las cuales estamos llamados a servir, haciendo nuestra la opción de Jesús por los pobres y la invitación del Papa Francisco”, apuntó.


Al finalizar su homilía, el Pastor de la ciudad señaló que “con confianza hemos pedido al Padre, que consagró las primicias de la predicación apostólica con el martirio del Apóstol Santiago, que fortalezca a nuestra Iglesia con testimonio de su sangre y la proteja siempre con su intercesión”, e hizo énfasis en la radical importancia de María en su apostolado: “Su corazón de Apóstol encontró en la madre de Jesús la compañía cariñosa y el estímulo poderoso que sustentó su fidelidad hasta sufrir la decapitación. Que ella sostenga también el caminar de la Iglesia de Santiago para que, en medio de las transformaciones del tiempo presente, sea signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todos los hijos del Padre”.


La Cruz del Apóstol


Como signo de gratitud y en atención al sobresaliente testimonio de amor a Jesucristo y a su Iglesia, por los valiosos servicios prestados en diversos campos, como la evangelización, la pastoral, la promoción humana, la educación católica y en la caridad, fue concedida la Cruz del Apóstol Santiago a las siguientes personas:


Sra. Skadi Anker, Sra. Carmen Gloria Del Pino, Pbro. Alfonso Baeza, P. Patrick Egan, Srta. Bernardita Farías, R.P. José Luis Fernández, Sra. Isaura Galdames, Pbro. Alejandro Hermida, Sra. Teresa Mardones, Srta. María Gabriela Murphy, D.P. Sergio Pericó, Sr. Sergio Puyol, Pbro. Carlos Risopatrón, Pbro. Jesús Rodríguez, Matrimonio Sr. Carlos Tupper y Sra. Carmen Altamirano, Pbro. Mario Veloso, Sr. Alipio Vera y Hna. Rosa Villanueva.


“A cada uno de ustedes, el reconocimiento de la Iglesia de Santiago, por su testimonio de vida cristiana, respuesta a muchos problemas existenciales que se presentan en la vida”, manifestó el Arzobispo.


Los testimonios


Pbro. Alfonso Baeza Donoso: “Esta es la ciudad donde yo nací, donde el Señor me ha llamado a servir, y durante este tiempo, gracias a Dios, he podido tener contacto con mucha gente, obreros, trabajadores, pobladores, y eso, el pueblo, ha sido el gran amigo de mi vida. Esto es un estímulo para seguir buscando al Señor como lo hizo el Apóstol Santiago, y también es una manifestación de la alegría, de la gratitud por lo que, por la gracia de Dios, hemos podido hacer por la Iglesia de Santiago, así que estoy muy agradecido y muy contento”.


R.P. José Luis Fernández de Valderrama: “El trabajo que he podido hacer en este tiempo es mi regalo, trabajar con otros hermanos y hermanas al servicio del Señor y de la Iglesia, tratando de que otros puedan encontrarse con él, y en Jesús encontrar a un Dios que los ama con locura. Yo creo que soy yo el que sale más enriquecido. Siento mucho agradecimiento porque más que nada esto lo veo como un gesto de cariño, y también un poco de vergüenza porque no me lo merezco, más bien me gustaría a mí condecorar a tanta gente, a tantas personas de nuestra querida Iglesia. Es un regalo que agradezco con todo el corazón”.


Oración al Apóstol Santiago


Señor, Jesús,

que llamaste al apóstol Santiago

de humilde pescador

a ser uno de los Doce

y le diste la fuerza de tu gracia

para predicar el Evangelio,

aún al precio de su propia vida,

te pedimos

que sepamos imitar su ejemplo

y descubramos tu llamado

a servir a nuestros hermanos

como una Iglesia más misionera

que acoge, vivifica y gesta la cultura

de nuestra Ciudad.

A ti, que vives y reinas,

por los siglos de los siglos.


Amén


Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago.

www.iglesiadesantiago.cl



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