Antes de salir del templo en que se celebró la eucaristía, monseñor Ezzati se dirigió a las decenas de niños que lo seguían atentos: “Quiero encomendarles una tarea, pero no como la del profesor”, dijo incitando a las risas. “Ustedes han estado con Jesús, así que lleven su bendición a toda su familia”, solicitó.
Casi una hora antes, flanqueado por el párroco Eduardo Álvarez, el Arzobispo presidía la eucaristía que fue vivida con singular efervescencia por parte de la comunidad de Estación Central, y en la que el Pastor de Santiago, tras la lectura del Evangelio, destacó el valor de la hospitalidad incondicional.
“La actitud de Abraham fue la de un hombre con un corazón muy grande, que no pregunta quiénes son los que vienen, sino que los invita a su tienda y los atiende”, apuntó sobre el pasaje del antiguo testamento en que Dios se manifiesta a través de tres forasteros, para obsequiarle al profeta la mayor alegría: un hijo.
Asimismo, “cuando en nuestra vida acogemos a Dios como un amigo”, agregó, “con un corazón abierto, Dios nunca se deja vencer en generosidad; cuando acogemos a un hermano en nombre del Señor, Dios nunca se deja vencer en generosidad”, dijo. Luego llamó a los fieles a “tener los ojos abiertos para descubrir, como nos enseñó el padre Alberto Hurtado, en cada pobre la imagen de Dios”.
Todo por amor
Reflexionando sobre la lectura del Evangelio según san Lucas, el Arzobispo de Santiago advirtió que “nunca podemos servir a Dios, servir de verdad a los demás, si nuestra acción es solo mover los brazos –como en el caso de Marta en el texto–, preocupados solo por la materialidad: lo que Dios quiere es amor”, aseveró.
“Estamos llamados a servir teniendo el corazón cimentado en el Evangelio, en la motivación principal de por qué hacemos las cosas... ¿De qué serviría toda nuestra acción social si no la hiciéramos por amor”, dijo. “Cuando Jesús nos habla del juicio final, nos recuerda que el juicio será sobre el amor, pues es el amor y la fe lo que da densidad a nuestro trabajo. No podemos ser como aquellos que quieren figurar por el solo gusto de figurar”, agregó.
Tras estas disquisiciones, quiso trasladar el pensamiento hasta Río de Janeiro, donde se empieza a desarrollar la Jornada Mundial de la Juventud, el encuentro de miles de peregrinos con el Santo Padre. “Queremos pedir por esos jóvenes, especialmente por los de esta diócesis y esta parroquia, para que se fortalezca en ellos el deseo de seguir a Jesucristo”, dijo.
Una vez finalizada la eucaristía, buena parte de la feligresía, junto a monseñor Ricardo Ezzati, se trasladó a uno de los patios de la parroquia, donde el café, las galletas, las fotografías y la conversación fraterna los aguardaban.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
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