Monseñor Ezzati visitó parroquia Santa Cruz, en la Zona Oeste de Santiago

La parroquia fue fundada hace 50 años y corresponde a una zona con una población mayoritariamente adulta y de recursos económicos escasos, dijo el párroco, padre Marcelo Oñederra. “Es un sector que desde hace unos quince años convive con el consumo y tráfico de la droga en forma constante, lo que trae como consecuencia mucha gente en prisión, hombres y mujeres. Es la cultura que ha creado nuestro país, con muchas campañas políticas, pero muy poco por los más pobres”. La parroquia tiene dos capillas y una población poco superior a los 20 mil habitantes. El padre Marcelo señaló que lo normal es que el pastor viste las parroquias, pero que hace 15 años que un arzobispo no visitaba este sector. Con esta presencia de monseñor Ezzati, dijo el padre Marcelo, “queremos que la comunidad lo conozca y que él nos conozca a nosotros”.

Oración, diálogo perseverante con el Padre

Monseñor Ricardo Ezzati se refirió en la homilía a los textos bíblicos de la liturgia de este domingo, especialmente al Evangelio, en el que Jesús enseña a orar. En primer lugar, dijo que la oración es un diálogo con Dios, “que es nuestro Padre. No nos dirigimos en nuestra oración a un ser lejano, impersonal, nos dirigimos a Dios que es Padre, un Padre que se agacha, para que en nuestra pequeñez y miseria podamos experimentar el beso de su amor, la caricia que Él nos quiere da en todos los momentos de nuestra vida”.

Luego, señaló que la oración debe ser perseverante. “No nos cansemos nunca de pedirle”, expresó. Además, dijo el pastor, al rezar hay que ampliar el horizonte y tener en cuenta a los otros, abrirse a las necesidades de la gente, “de los más pequeños, de los más pobres, incluso de aquellos que no nos hacen el bien”.

Finalmente, monseñor Ricardo Ezzati se refirió al sacrilegio que se perpetró el jueves 25 en la Catedral Metropolitana y animó a llevar a la práctica las palabras de Jesús en la cruz: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”.

Antes de comenzar la Eucaristía, el arzobispo salió a la calle a saludar a los comerciantes de la feria instalada a un costado de la parroquia, entre ellos, Juan Rodolfo Toro, de 83 años, que vendía sus productos en un improvisado puesto en el suelo. El anciano comerciante dijo que le parecía “muy bien que se acuerden de los pobres, una cosa muy buena. Nunca un obispo me había venido a saludar”.

Por otra parte, Rubén Palleres, a cargo del grupo de acogida a los fieles y colaborador en aspectos litúrgicos de la parroquia, indicó que el hecho de que el pastor “venga aquí a la población Nogales, para mí es algo maravilloso, que el obispo venga a conocer a nuestra gente. Con esta visita creo que los jóvenes de van a acercar más a las capillas y la parroquia. Ojalá no sea su última visita”.

Como en todas las liturgias de este fin de semana, se leyó la carta que envió monseñor Ezzati con motivo del atentado sacrílego de que fue objeto la Catedral Metropolitana. Terminada la Eucaristía, el Arzobispo de Santiago compartió una chocolatada con todos los fieles, que conversaron y se fotografiaron con su pastor.

Fuente: Departamento de Comunicaciones www.iglesiadesantiago.cl