El Papa presidió cuatro de los cinco actos principales: la bienvenida al Santo Padre, el Via Crucis, la Vigilia y la Misa de envío, todos ellos realizados en la playa de Copacabana, con la participación de millones de fieles, especialmente jóvenes de todo el mundo. Sólo la Misa de apertura fue presidida por el Arzobispo de Río, Mons. Orani Tempesta.
Además, mientras los jóvenes tuvieron tres mañanas de catequesis y misas en las diversas parroquias de Río (250 lugares distintos donde se reunían entre 200 y 1000 jóvenes), el Papa visitó el Santuario de Aparecida, una favela, bendijo un pabellón nuevo de hospital dedicado a san Francisco, para enfermos de drogas y celebró una Misa con jóvenes argentinos, entre las principales actividades.
La arquidiócesis de Puerto Montt se hizo presente con más de 200 jóvenes, organizados por la pastoral juvenil o por sus colegios, acompañados por sacerdotes, profesores y apoderados. En tanto el Arzobispo, Monseñor Cristián Caro, viajó con los seminaristas del Seminario San Fidel, dos formadores y el Obispo de Villarrica, Mons. Stegmeier.
Tres catequesis le correspondió impartir a Mons. Caro: sobre la sed de esperanza en los jóvenes, el ser discípulos de Cristo y el llamado a salir a evangelizar como misioneros. Estos encuentros estaban dirigidos a jóvenes de habla hispana de diversos países de América Latina y El Caribe.
Damos gracias a Dios por la oración de tantos fieles y comunidades religiosas que pidieron al Señor con fe e intensidad por el éxito y los frutos duraderos de la JMJ.
Fuente: Comunicaciones Puerto Montt
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