Luego de compartir la eucaristía, la tarde del sábado 20 de julio, los cariocas ofrecieron a los chilenos una fiesta religiosa llamada “Julina". Oriunda del noreste de Brasil y que celebra a San Juan, San Antonio, San Pedro y San Pablo.
Se vistieron con trajes típicos reflejando a la gente del campo y bailaron la “Caipira”, que es la danza de los casamientos. Además agazajaron a los asistentes con comida tradicional.
María José de Santiago, estaba muy triste y sorprendida por todas las atenciones recibidas: “No tengo palabras, esto superó totalmente mis expectativas. Todos preocupados, te acompañaban a las actividades, te esperaban con comida en la noche, te lavaban la ropa. Nos cuesta mucho partir”.
“No, Chile no se va…no se va”
A las 7:00 de la mañana del domingo 21 de julio, comenzaron a llegar los chilenos a la parroquia El Rosario. Los acompañaban sus familias braileñas, quienes despertaron muy temprano para darle el último abrazo y hacerle la señal de la cruz en la frente.
La bandera de Chile se quedaba en Petrópolis, llena de lágrimas, regalos y palabras de agradecimiento, por los inolvidables momentos vívidos.
En medio de la despedida, en español los cariocas comienzan a cantar con fuerza, “No, Chile no se va. No se va, no se va. Chile no se va…”. A lo que los chilenos enmudecidos no pudieron contener la emoción: “Me trataron como una hija, se prepararon mucho. Tenían carteles de bienvenida y fotos impresa de mi familia chilena, conocían mi historia”, comentó Gabriela, estudiante universitaria, que fue acogida por una matrimonio de la tercera edad, Valetín y Josefa.
De esta forma los peregrinos chilenos dejaron Petrópolis con mucha tristeza, pero muy expectante por la pronta llegada del Papa Francisco a Brasi este lunes 22 de julio a las 16:00 hrs.
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